Siguen llegando los
elefantes y los ciegos no los ven, y en medio de la porquería inmoral. Jamás
podrán el Fiscal, el Contralor y el Procurador terminar de desocupar los
expedientes aglomerados en los anaqueles de sus dependencias, porque el
incendio de la corrupción en vez de apagarse, a pesar de los propósitos de
actuar anunciados por los tres funcionarios, continúa ardiendo y propagándose
en todo el territorio de la nación.
A las dos últimas campañas
presidenciales se les metieron los elefantes y sus benefactores no se dieron
cuenta. Lo vienen negando y lo negaran para siempre, tan parecido al proceso
8.000, cuando el ex presidente Ernesto Samper no vio a los animalotes y sus
amigos de la cohorte de lambones, aduladores y ególatras, tampoco.
Los pomposos hombres que
cada cuatro años dirigen las camp añas
presidenciales, aunque aparentemente seleccionados como prohombres, no dan la
talla porque caen en lo más hondo de la depravación; las ambiciones son tan
grandes que consiguen adueñarse del alto poder y del dinero fiscal, mediante la
profesión de lobistas. Oficio, que en Colombia se ha convertido en la mejor
actividad para hacer plata fácil, conseguir contratos, embajadas y ministerios,
y luego catapultarse dentro de la sociedad económica.
Existen más de treinta
especies de lobos, igual a la misma cantidad de tipos lobistas. Aunque el lobo
abunda en otro lado y no es criollo, los de aquí tienen los
mismos comportamientos de los originales de allá: perversos, hambrientos,
astutos y hasta sanguinarios, adaptándose al
clima y al ambiente: silvestres como los del reino animal, teniendo como
única distinción haber sido educados en las mejores universidades y refinados
hábitos de paladar tributario.
Los lobos como animales
hambrientos, prefieren la carne como su favorita. Los lobistas: el presupuesto
público. Los lobos andan en grupo, y por eso, los demás animales le tienen
miedo. Los lobistas de la misma manera, y por eso los buscan para dirigir las
campañas políticas presidenciales. Como glotones, los lobos comen aves, peces,
serpientes y de un jalón hasta 10 kilogramos de carne. Los lobistas, al igual
que aquellos, se tragan a los lagartos que rodean al candidato, y digieren:
billones de pesos. ¡Como no pasa nada, seguirán los lobistas aullando!
POSDATA: Ahora salimos a deberle a Gas Natural Fenosa, propietaria de Electricaribe.
¿Qué tal esto? Y nos amenazan como si nada hubiera pasado con el desbarajuste
que provocaron. Se llevaron la plata y con los bolsillos llenos. Electricaribe,
acabó con los electrodomésticos y con la salud de miles de costeños del Caribe
colombiano. Ojalá esto sirva de experiencia para que el gobierno nacional y sus
asesores cabezas huecas se pellizque y no se dejen embolatar de los españoles,
que siempre vienen como Pablo Morillo en 1815 con la mentalidad de reconquistar
lo perdido hace más de 202 años.
(24-03-17)