Dos de los departamentos golpeados por las “pirámides” fueron Cauca y Nariño, y son los gobiernos de estos mismos territorios los que ahora aparecen perdiendo una millonaria suma de dinero en inversiones financieras sin respaldo por parte de quien sedujo el botín, que es Probolsa S.A. Corredores de Valores con sede en Cali. Se sabe que esa firma apenas poseía registro en la Cámara de Comercio de esa ciudad y no tenía autorización para captar dinero. Otras víctimas del hecho en mención y que cayeron en la trampa, fueron los municipios de Arauca ($2.136 millones), el hospital de Santander de Quilichao ($651 millones) y Silvia ($500 millones). Es posible de que se descubran más territorios damnificados por causa de la misma celada.
En este momento se descubre que los dirigentes de los timados entes territoriales, al proceder irresponsablemente, violaron normas claras sobre colocación de excedentes de liquidez señaladas en la Ley 819 de 2003. Ha sido la Ley 819 sobre responsabilidad y transparencia fiscal, una de las más trajinadas en cuanto a promoción y capacitación se refiere, porque la acción del Ministerio de Hacienda y Crédito Público no se ha detenido. Organiza periódicamente talleres y seminarios sobre el contenido de la ley y la obligación de ser aplicada por los departamentos, distritos y municipios. Esta casualidad, conlleva a eliminar cualquier posibilidad de desconocimiento de las disposiciones por los altos funcionarios, que incluye igualmente a los secretarios de hacienda, a los tesoreros y contadores, que son en conjunto, a quienes va dirigida la normatividad.
Ahora el actual gobernador del Cauca Guillermo Alberto González se enreda en su exigua explicación sobre el caso: culpa a la tesorera, y según se deduce de su declaración todo se hizo a escondida. Es el departamento que más tiene recursos embolatados, suman $7.649 millones. En lo que se refiere a Nariño, el traslado del dinero perdido a Probolsa por $2.000 millones, se efectuó en el año 2007 cuando era gobernador Eduardo Zuñiga Eraso, sin embargo eso no exime de responsabilidad al mandatario de hoy. De todos modos, las dos administraciones departamentales y las tres municipales están envainadas, y sólo la investigación que se realiza, si es que prospera, señalará a los culpables. Pero los hay, y están allí todavía atornillados.
La pesquisa que no proviene de los gobernadores ni de los alcaldes, sino de la Contraloría General de la República y de la Dirección de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda, deja en el entredicho la acción de los respectivos mandatarios y de los contralores locales, cuya palabra para denunciar el desfalco se quedó en el silencio que impone el ejercicio de la corrupción imperante por doquier. Como vemos, en los últimos tiempos se han proliferado los ladrones de cuello blanco, puesto que están en todos los lugares, tanto en el sector público como en el privado. Al igual, que hace apenas unos meses, el pillaje fue en Bavaria y hace pocas horas en Fidubogotá (fiduciaria del Banco de Bogotá), hoy en día la rapiña atinó sobre las arcas de esas regiones empobrecidas.
No hay duda de que los controles existentes (nacional y regional) sobre el manejo de los recursos públicos destinados a la salud, la educación y el saneamiento básico, son débiles, carecen de oportunidad y todavía no alcanzan a imaginar la sagacidad de los potenciales autores criminales del robo diario al Estado. El delito se descubre tardíamente y las investigaciones demoran demasiado, de tal manera que la gente ya no cree en la recuperación pronta de los dineros oficiales en manos de la delincuencia, pero sí observa la buena vida que llevan los saqueadores de tesoros.
POSDATA: Escrito está en la biblia: “Conturba su casa quien obtiene una ganancia ilícita, mas quien odia los regalo vivirá.”
SAQUEAN LAS REGIONES
Edgar Vergara Figueredo