EL TABAQUISMO MATA

El consumo de cigarrillos se extiende a lo largo y ancho del territorio colombiano. Nadie se escapa de sus consecuencias, tanto los fumadores como los no fumadores reciben directamente el daño que produce en la salud. El Congreso de la República tramita un proyecto de ley sobre el consumo del tabaco, el cual ya fue estudiado en la respectiva comisión de la Cámara de Representantes y ahora entra a serlo por la correspondiente del Senado. Es de conocimiento público, que su texto ha sido objeto de serias observaciones, por considerarse muy tímido frente a la realidad que vivimos. Es quizás, el tabaco, un producto singular, que sin ser consumido, deriva efectos insalubres en todas las personas que están expuestas a la emanación, y por lo tanto, constituye un grave problema de salubridad nacional.
El resultado de las encuestas sobre el tabaquismo en Colombia, es alarmante. Según el Ministerio de Protección Social del país, mueren diariamente 68 personas por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco y sus derivados y la prevalencia es del 12.8% del total de la población adulta. Un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, ha concluido que en Bogotá 3 de cada 10 estudiantes entre los 13 y 15 años consumen cigarrillos, o sea que el 30% de los escolares. Por otra parte, la Secretaría de Salud de Bogotá ha informado, que el 18% de los alumnos entre 11 y 15 años consumen sustancias psicoactivas como alcohol, cigarrillo o marihuana. De seguro, que estos mismos datos arrojarían las encuestas que se lleven a cabo en otras ciudades del país.
Hay voces que consideran que el proyecto de ley que cursa en el Congreso podría estar más del lado de los productores que de la protección de la salud de los hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes. Es posible que en su arquitectura haya pesado más la mano de las tabacaleras que la de la de las autoridades gubernamentales, médicas y de la salud. Sin embargo, todavía hay tiempo y oportunidad para que se le introduzcan los ajustes del caso y el proyecto se acople verdaderamente a la legislación mundial. Aún hay una esperanza de que la ley que se expida sea un estatuto blindado de fractura.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco del 21 de mayo de 2003 (adoptado por Colombia mediante la Ley 1109 de 2006), constituye el estatuto internacional sobre prevención al consumo del tabaco. No obstante tener el país este instrumento hace ya más de dos años, el gobierno nacional fue negligente porque no tomó las medidas efectivas desde el mismo día en que se puso en vigencia el Convenio. Apenas, el Ministerio de Protección Social, alcanzó a dictar el 30 de mayo del año 2006 la Resolución 1956, que es un reglamento precario. Es de corta visión al compararse con el propósito que persigue el Convenio de la OMS y deficitario frente al problema del tabaquismo en el país, especialmente entre menores de edad.
Pero lo más grave es que esta resolución no trascendió al público, como debió acontecer. Por ejemplo, no se han cumplido las instrucciones dadas a los gobernadores, alcaldes, entidades promotoras de salud y administradoras de riegos profesionales para difundir su contenido en las páginas electrónicas y en otros medios de difusión con que cuenten, desarrollar campañas permanentes de información y educación a sus afiliados y garantizar ambientes laborales ciento por ciento libres de humo. Con todo lo que estamos viendo, se espera que salga del Congreso lo mejor y no otro esperpento.

POSDATA: La voz del escritor argentino Jorge Luis Borges: “Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena.”

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Radium | Bloggerized by Radium