CUBA FRENTE A LA OEA

“Cuba, sin embargo, ratifica una vez más que no regresará a la OEA.” Así lo informó el periódico oficial cubano “Granma” en su edición del 8 de junio pasado. La Resolución VI de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que sacó a ese país del sistema interamericano quedó sin efecto en la reciente reunión de San Pedro Sula (Honduras). Hoy como ayer, Cuba, considera, que: “Aquella decisión fue infame e ilegal, contraria a los propios propósitos y principios declarados en la Carta de la OEA.” No obstante, dice que: “acoge con satisfacción esta expresión de soberanía y civismo, a la vez que agradece a los Gobiernos que, con espíritu de solidaridad, independencia y justicia, han defendido el derecho de Cuba a regresar a la Organización.”

Con la decisión de los Estados miembros de la OEA en Honduras quedó sellado, aunque tardíamente, otro capítulo abominable de la historia. A partir de su retiro de la OEA, Cuba, quedó sin voz frente a las demás naciones hermanas, la abandonaron en el momento que más las necesitaba. Cuando se castiga a un gobierno, como en este caso, también se castiga a un pueblo, y eso pasó con Cuba. Lástima que ciertos hombres de nuestra América Latina, considerados en la época como demócratas, no hubiesen reaccionado frente a la presión de los Estados Unidos. Aún, los más del continente, apoyaron la exclusión de Cuba. Un Alberto Lleras Camargo, calló. A los muertos no se los juzga, pero la historia los pone de presente.

Las declaraciones de Fidel Castro y Ernesto Guevara, sobre revolución socialista, asustaron a los Estados Unidos. La historia es larga de contar, actualmente nuestra juventud sabe poco de los motivos que dieron lugar a la revolución cubana, suficiente haberse enfrentado Castro a la dictadura de Fulgencio Batista, una de las más atroces de Latinoamérica. Al igual que este proceso, tuvieron lugar otros, dirigidos a derrotar los horrendos sistemas despóticos apoltronados en países de la región, y gracias a estos hechos se pudieron restaurar la democracia y los derechos humanos.

Fueron Dwight David Eisenhower y John F. Kennedy, los que impulsaron muchos despropósitos dirigidos a deponer a Fidel Castro en una lucha de león contra oveja. Lo grave, fue que Latinoamérica cayó en la trampa. Vino la Alianza para el Progreso en 1961 con aprobación por parte de la Conferencia de la OEA. Cierto es que 20.000 millones de dólares era una suma grande. También era la esperanza de activar el desarrollo económico y social de los países de la región, como se proponía. Pero en el fondo, tenía como finalidad contrarrestar la revolución cubana, como se dijo. Así fue, porque la cronología lo corroboró suficientemente.

A pesar de la enorme ilusión de los gobernantes de nuestros países, vino la frustración frente al fracaso del proyecto económico, como resultado del recorte de las partidas, el cambio de la política exterior estadounidense y el abuso del intervencionismo en algunos estados. En aquel tiempo Estados Unidos ganó, provocando un gran daño: Cuba quedó aislada y alejada de nosotros.

POSDATA: Acertado el mensaje del cronista español Juan de Castellanos: “Si los ricos defienden sus alhajas los pobres no se duermen en las pajas.”

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