Cada vez más se obstruye la libertad de prensa por los gobiernos despóticos y autocráticos. Pero el funcionamiento de la democracia moderna contrarresta esa incursión tan aberrante, con miras a defender el ejercicio del periodismo como un baluarte que la sostiene. La comunidad necesita información y pide que sea libre y sin ambigüedades para relacionarse y vivir. Esa tendencia obliga al periodista a transmitir los hechos de manera precisa. Comúnmente, la gente reclama una prensa objetiva. Es un instinto colectivo. Y sin libertad de prensa eso no es posible. Un país con prensa amordazada, es de esclavos.
El ejercicio profesional del periodismo tiene una misión democrática y vigilante, que es defendida por las grandes democracias de occidente. Cada acontecimiento registrado como noticia obliga a una investigación del actor. En el periodismo, el detalle vale la pena. En una sociedad democrática, el pueblo siempre exige a su gobierno una prensa independiente y basada en la verdad. Por tal motivo, la noticia debe ser exhaustiva para mantener la lealtad al ciudadano al que no se le debe engañar. A partir del título debe revelarse la evidencia de los acontecimientos. El amarillismo no es común denominador. El ciudadano tiene derecho a identificar a los héroes y villanos de la función.
A pesar de todos los cambios del periodismo, el objetivo sigue siendo el mismo: formar ciudadanos, además de la obligación moral y social que tiene con la comunidad. Juan Pablo II, en el año 2000, al considerar la enorme y directa influencia que sobre la opinión pública tiene el periodismo, reflexionó que debe vivirse, en cierto sentido, como una misión sagrada para el bien de todos. Eso corrobora, que entre más diversidad de opinión, habrá más probabilidad de la certeza, la cual contribuye al fortalecimiento de la capacidad de los ciudadanos de autogobernarse.
Los griegos confiaron en el periodismo, por eso todo lo público que resultaba importante se daba a conocer a los demás. Los romanos siguieron este camino, todo lo que pasaba en el senado y en la vida social y política se registraba en los lugares públicos. Durante la edad media se opacó este progreso humanitario, a pesar de que las noticias se transmitían en canciones y relatos que entonaban los juglares errantes. A partir del siglo XVII nace el periodismo moderno en Inglaterra y Estados Unidos. Y a principios del siglo XVIII se formuló una teoría sobre libertades de prensa y opinión, después de haberse luchado contra la censura que no permitía la crítica al gobierno y la consideraba un crimen.
A pesar de haberse logrado algún progreso en los años transcurridos, el concepto de prensa libre comenzó a figurar poco después en las constituciones de Estados Unidos. Thomas Jefferson dijo a George Washington: “Ningún gobierno debe carecer de censores y allí donde la prensa sea libre, éstos no faltarán.” A lo largo de los doscientos años posteriores, la prensa ha ido perfeccionándose para contribuir al desarrollo común y al fortalecimiento de la democracia. En este propósito tenemos seguir adelante, los colombianos no hemos estado exentos de la censura por parte de la autoridad oficial, sin embargo, de manera firme, defendemos el principio universal, que la libertad de prensa es parte fundamental de la democracia.
POSDATA: La voz de los periodistas norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel: “Los problemas de la democracia no se solucionan renunciando a ella, sino tratando de mejorar la acción de la prensa y la educación del ciudadano”
El ejercicio profesional del periodismo tiene una misión democrática y vigilante, que es defendida por las grandes democracias de occidente. Cada acontecimiento registrado como noticia obliga a una investigación del actor. En el periodismo, el detalle vale la pena. En una sociedad democrática, el pueblo siempre exige a su gobierno una prensa independiente y basada en la verdad. Por tal motivo, la noticia debe ser exhaustiva para mantener la lealtad al ciudadano al que no se le debe engañar. A partir del título debe revelarse la evidencia de los acontecimientos. El amarillismo no es común denominador. El ciudadano tiene derecho a identificar a los héroes y villanos de la función.
A pesar de todos los cambios del periodismo, el objetivo sigue siendo el mismo: formar ciudadanos, además de la obligación moral y social que tiene con la comunidad. Juan Pablo II, en el año 2000, al considerar la enorme y directa influencia que sobre la opinión pública tiene el periodismo, reflexionó que debe vivirse, en cierto sentido, como una misión sagrada para el bien de todos. Eso corrobora, que entre más diversidad de opinión, habrá más probabilidad de la certeza, la cual contribuye al fortalecimiento de la capacidad de los ciudadanos de autogobernarse.
Los griegos confiaron en el periodismo, por eso todo lo público que resultaba importante se daba a conocer a los demás. Los romanos siguieron este camino, todo lo que pasaba en el senado y en la vida social y política se registraba en los lugares públicos. Durante la edad media se opacó este progreso humanitario, a pesar de que las noticias se transmitían en canciones y relatos que entonaban los juglares errantes. A partir del siglo XVII nace el periodismo moderno en Inglaterra y Estados Unidos. Y a principios del siglo XVIII se formuló una teoría sobre libertades de prensa y opinión, después de haberse luchado contra la censura que no permitía la crítica al gobierno y la consideraba un crimen.
A pesar de haberse logrado algún progreso en los años transcurridos, el concepto de prensa libre comenzó a figurar poco después en las constituciones de Estados Unidos. Thomas Jefferson dijo a George Washington: “Ningún gobierno debe carecer de censores y allí donde la prensa sea libre, éstos no faltarán.” A lo largo de los doscientos años posteriores, la prensa ha ido perfeccionándose para contribuir al desarrollo común y al fortalecimiento de la democracia. En este propósito tenemos seguir adelante, los colombianos no hemos estado exentos de la censura por parte de la autoridad oficial, sin embargo, de manera firme, defendemos el principio universal, que la libertad de prensa es parte fundamental de la democracia.
POSDATA: La voz de los periodistas norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel: “Los problemas de la democracia no se solucionan renunciando a ella, sino tratando de mejorar la acción de la prensa y la educación del ciudadano”