PRELUDIO: Después de tantos ires y venires de la
pésima gestión de la empresa Electricaribe, que casi lleva a la costa caribe a
un total apagón eléctrico, la superintendencia de servicios públicos resolvió
intevenirla. Fueron tantos años los que pasaron durante los cuales la gente y
los empresarios de la región tuvieron que soportársela. A pesar de todas las
protestas, la empresa sobrevivió gracias a la caridad de los superintendentes
del sector que la consintieron demasiado. Nunca los reclamos de la gente fueron
atendidos, con toda la bulla social durante un largo tiempo no se logró la
solución al grave problema de ineficiencia.
Los gobernadores, los senadores y
representantes del caribe finalmente le metieron la mano al desbarajuste
operativo de Electricaribe. Y así llegó la intervención, mecanismo que por lo
visto, en otros casos similares, no ha servido para lograr el propósito de
mejoramiento de las empresas intervenidas. Ojalá, en este caso concreto, la
gente del caribe no sea burlada por el Rey de España y la superintendencia de
servicios públicos.
Y EL HOSPITAL SAN JERÓNIMO. Sale de uno y
entra a otro hueco negro. No es color de rosa lo que sigue a la intervención de
la superintendencia de salud que terminó hace pocos días, porque el futuro que
ya se pronostica sobre el hospital no es transparente y de grandeza, teniendo
en cuenta que la gestión desde la gobernación de Córdoba no ha sido de éxito,
por el contrario, de fracaso en fracaso como se demostró en el pasado que
motivó su intervención.
Durante la presencia de la superintendencia
de salud en el hospital estuvieron tres gerentes, lo cual fue un gran error,
pues esa falta de continuidad y consolidación administrativa es una de las causas
que lo han llevado a la postración financiera. Este retorno a las mismas manos
no garantiza el fortalecimiento de la prestación de buenos servicios de salud
sostenibles, como tampoco la superación del déficit crónico de sus finanzas.
Aunque se quisiera agarrar el optimismo por
los cabellos, es poco probable, que se logre encarrilar la gestión del hospital
por un buen camino para mejorar el servicio de salud; debería existir un gran
compromiso del gobernador Besaile Fayad, evitando el tira y afloje persistente
pretérito de sobreponer la politiquería a la buena gestión. ¡Amanecerá y
veremos!
POSDATA: Del autor: Las cuentas públicas no
pueden ser el arrecife de los recomendados de los políticos que gobiernan.
TE DESTACAMOS: Llama la atención el hecho,
que mientras el gobernador del departamento habla de una deuda del hospital de
$25.000 millones en la fecha, el contralor de Córdoba dice que es de $103.000
millones (El Heraldo, 25-08-16). Como las cifras no son iguales, es de
esperarse que los dos funcionarios se pongan de acuerdo con la contabilidad del
centro hospitalario para evitar confusión entre la opinión pública.
(25-11-16)