ME JUEGO POR LA PAZ

La paz con la guerrilla es fundamental para el progreso social y económico de Colombia y la tranquilidad ciudadana, es algo indiscutible. Aunque hay una minoría que no la apoya por estar influenciada notoriamente por ciertos políticos que se oponen y piensan en un imaginario unilateral que es poco viable. El acuerdo es la base para conseguir la paz total entre los colombianos, una sociedad incluyente.

Esos políticos se inclinan a combatir la guerrilla con las armas del Estado antes que lograr un arreglo, camino que muy pocos compatriotas comparten. Pues esa vía se ensayó durante ocho años durante el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe y fracasó. Mientras tanto el pueblo, especialmente la gente del campo y la más pobre, ha tenido que seguir aguatándose la violencia, muchos muertos y una gran cantidad de dinero público invertido en una finalidad sin conclusión.        

Hay que recordar que los gobiernos de Julio César Turbay y Belisario Betancur iniciaron procesos de paz sin resultados efectivos. La administración de Virgilio Barco continuó y durante el gobierno de César Gaviria, como obra de decisión política, se suscribieron acuerdos con el M19, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Quintín Lame.   

Como conclusión de ese proceso se realizó la asamblea nacional constituyente en la cual se redactó la nueva constitución política, que en más de una ocasión, por cierto, el mismo grupo político guerrerista ha tenido en mente reformarla, eliminar las conquistas sociales y los mecanismos de protección sobre derechos humanos. El afán sobrepasó, el anterior gobierno  mostró su inclinación guerrera, ejerció una presión sobre los comandantes militares, la cual dio lugar a los centenares de crímenes de jóvenes que se hicieron pasar por guerrilleros no siéndolo, hechos conocidos como falsos positivos. 

La guerra entre colombianos ha generado un déficit social cuyas principales víctimas son las personas más vulnerables de la población. No es razonable que el país siga incurriendo en esos altos gastos militares que genera el enfrentamiento, mantener un ejército incluido el abastecimiento de armas, va en detrimento de la satisfacción de las necesidades públicas que tiene el pueblo colombiano.

En caso de logarse una negociación entre la guerrilla y el gobierno nacional, que sería un acuerdo que la mayoría de ciudadanos apoyaría, el ahorro de plata se podría invertir en salud, educación, vivienda, vías de comunicación, saneamiento básico y agua potable, entre tantas actividades que son de cargo exclusivo del Estado nacional y local. Por el informe de los negociadores oficiales de la paz y el propio gobierno, el proceso va bastante avanzado, por lo cual es consecuente apoyar la reelección del candidato presidente Santos. 

POSDATA 1: Conviene adherir al escritor español Roque Barcia: “Creer es vivir, y vivir es creer.”

POSDATA 2: Hay que estar alegre por el buen desempeño de nuestros ciclistas: Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Julián Arredondo, en su orden, campeón, subcampeón y rey de la montaña del Giro de Italia. A partir de ahora estaremos atentos al futbol, el equipo de la selección Colombia que va a Brasil está listo corresponder a la expectativa del público aficionado.        

(06-06-14)

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