Los colombianos no
pueden ser tan ingenuos al caer en la trampa, dejándose enredar en la tramoya política de uno y otro candidato.
Se puede votar por Enrique Peñalosa, o Marta Lucía Ramírez o Clara López. Juego
limpio es y ha sido lo que el común de los ciudadanos quiere que sea la
actividad del ejercicio político. Pero en Colombia no es, aunque no es la
excepción universalmente hablando.
Sin duda los
políticos entre nosotros resultan ser los campeones de la estrategia sucia para
enlodar y ganar terreno entre el público, como quiera que la mayoría de sujetos
resulta amnésica, escéptica y hasta analfabeta en la materia. La actual campaña
política por la presidencia de la república está llena de esas barbaridades actuaciones
por los partidarios de Santos y de Zuluaga.
No es mucho
esfuerzo buscar entre la multitud para encontrar a miles de políticos que en
época prelectoral infunden el pánico entre la gente con tal de confundir al
elector y abrirse el paso hacia un posible triunfo. Ya oímos a Francisco
Santos, decir: “yo tengo mucho miedo”, refiriéndose al proceso de paz con la
guerrilla para confirmar su temor del castrochavismo (emisora La FM 16-05-14).
Eso es infundir pánico. Igualmente pudimos oír y leer muchas opiniones que
vienen aterrorizando a las personas con sombras diabólicas imaginarias.
Nos olvidamos de
nuestra historia política y social. Tradicionalmente Colombia ha sido un país
mayoritariamente de derecha y lo seguirá siendo; los hechos políticos y sociales
que han rodeado la vida colonial y republicana lo comprueban. Recordar los
primeros acontecimientos de la independencia y tras esos actos, el encono entre
los dos partidos tradicionales para mantener el orden social sobre las demás
ideologías mundiales, se encuentran bien contados en los libros de historia
patria.
El primer
levantamiento revolucionario fue el de los comuneros, y siendo la
reivindicación las capitulaciones, éstas fueron incumplidas por los españoles
de la mano de la oligarquía criolla. Luego los acontecimientos previos al 20 de
julio de 1810 y su desarrollo que abandonó el ideario del precursor de nuestra
independencia Antonio Nariño, fue un cálculo más de la misma clase. La
expulsión del Libertador Simón Bolívar de Bogotá por la burguesía local
defensora del statu quo, es otra perla. Finalmente, la consumación de los
asesinatos de Jorge Eliécer Gaitán y de Luis Carlos Galán se agrega al
inventario de hombres que había que quitar del camino.
Todos debemos a
salir a votar el próximo domingo 25 de mayo por un nuevo presidente de la
república. Sí hay candidatos elegibles, y entre la pelea de uno y otro bando,
el pueblo tiene la opción de escoger el distinto entre tres que quedan, o al
menos el Voto en Blanco que es una opción constitucional y democrática.
POSDATA 1: “La
verdad es el alma de la historia.” Escribió el tratadista español Antonio de
Solís.
POSDATA 2: Los
niños incinerados de Fundación, es una escena macabra que otra vez se repite.
La próxima semana ofrezco una opinión sobre este caso concreto que ha conmovido
a los habitantes de la nación.
(23-05-14)