LA MONEY PULPITA

Hay un alto grado de corrupción en la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional que no es nuevo, y se extiende a sus apéndices regados por todos los departamentos de Colombia. Basta oír al Comandante de la Policía de Tránsito de Cundinamarca, Otaín Rodríguez Suárez, para confirmar lo que tiempo atrás la gente viene denunciando. El susodicho Otaín sostiene que en las carreteras está la “money pulpita, como en un cajero electrónico.” ¡Más claro no canta un gallo!

O sea que los agentes bajo su mando así hacen fortuna para engrosar el bolsillo de los mandamás. Me llegó un caso en dos escenas: en la primera, el ciudadano transitaba el 23 de diciembre pasado por la carretera que de Bogotá conduce a Chiquinquirá, cuando entre los municipios de Tausa y Ubaté apareció un agente de tránsito del municipio de Cajicá (que está a hora y media de distancia). Al detenerlo le advirtió que había adelantado en doble línea en pendiente, lo cual el ciudadano refutó teniendo como testigos a sus dos acompañantes. El policía contestó: “pueden ser ustedes 3 o 20, pero yo soy la autoridad.” El policía, con placa 087362, le impuso la orden de comparendo 99999999000002320246.

Segunda escena: Siendo SIMIT la entidad que recauda a nivel nacional las multas de tránsito, al día siguiente, 24 de diciembre, el ciudadano se acercó dentro del término para acceder al descuento del 50% si la multa se paga dentro de los 5 días siguientes. No obstante, no pudo pagar, puesto que la oficina se encontraba cerrada. Volvió el 31 de diciembre, o sea al tercer día hábil, para hacer la misma gestión pero la oficina seguía cerrada.

Regresó el lunes 4 de enero, o sea el cuarto día hábil, y para su sorpresa le negaron el descuento, argumentando que si bien SIMIT había estado cerrado, el ciudadano debió haber pagado en Cajicá. Burlado en su buena fe tuvo que pagar el 75% de la multa y asistir a un curso de 2 horas.

POSDATA: Es urgente que el Presidente de la República tome una decisión frente al cuestionado General Rodolfo Palomino, al igual que solicite a la Federación Colombiana de Municipios, administradora del SIMIT, que ajuste su plataforma a la ley, pues no es lógico que si el sistema es nacional y cierra por vacaciones, un comparendo impuesto en Bogotá a un ciudadano de Montería, deba ser pagado por este solo en Bogotá, cuando no vive ahí. Y por último recordarle a los policías el respeto a la ciudadanía: entre “yo soy la autoridad” y “¿no sabe quién soy yo?” no hay ninguna diferencia.

TE DESTACAMOS: El país para atrás: contra viento y marea se entregó a dedo ISAGEN.

(15-12-16)

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