MALOS REYES, MUCHAS LEYES

Malos reyes, muchas leyes, es un refrán. Así sucede en Colombia, a la mala interpretación de la ley o al desconocimiento de la existente se propone otra. Los políticos, los lobistas del estado y los que administran justicia son los que más exigen. Los políticos porque es su oxígeno y les garantiza continuar en el poder; los lobistas para ajustarlas a sus requerimientos personales y económicos; y los administradores de justicia para acreditar su existencia, entre más leyes más jueces. 

Desgraciadamente algo parecido ha pasado con el derecho de petición que a pesar de ser muy viejo en nuestro régimen constitucional sigue en infortunio. Inicialmente, consagrado en el artículo 157 de la Constitución de Cúcuta de 1821, luego en el artículo 45 de la Constitución de 1886 y posteriormente incluido como derecho fundamental en la Constitución de 1991. A pesar de todo, es el derecho ciudadano más violentado por los funcionarios públicos y por los particulares.

Recientemente se expidió la Ley 1755 de 2005, la cual de nuevo lo regula, sustituyendo un título del Código de Procedimiento Administrativo. La nueva ley en pleno estreno ya tiene resistencia entre los mismos protagonistas de las organizaciones que lo han pisoteado y han jugado con la buena fe de la gente. Como será el apetito por las leyes que hasta la Corte Constitucional legisla sustituyendo al congreso de la república.   

La Ley 1755 de 2015 tiene algunas pequeñas novedades que no estaban en el Código Administrativo, así por ejemplo, el artículo 13 sobre objeto y modalidades del derecho de petición, consagra la obligación de obtener una respuesta, que además de pronta, debe darse completa y de fondo.

Pero como siempre, no está ausente el funcionario del gobierno o el congresista que mete el gol. El artículo 31 del modificado Código Administrativo, que castigaba la desatención de las peticiones y el desconocimiento de los derechos, como falta gravísima, ahora la Ley 1755 solo habla de falta, quitando la calificación de gravísima. Fue un sofiscado gol lanzado desde el centro del estadio.

Normalmente las personas infringe la ley por ignorancia, por imprudencia, por cincunstancias políticas o condición social de la persona, o por incredulidad en los encargados de vigilar su aplicación. Y en nuestro país esa es costumbre.

POSDATA: Dicho por el gobernador del imperio romano Cornelio Tácito: «Siempre son muchas las leyes en un Estado corrompido.».

TE DESTACAMOS: Después del desbarajuste del sector eléctrico en que han resultado supuestamente implicados varios funcionarios del actual gobierno, la gente pacientemente, ante el temor de un apagón, se ha resignado a creer que su plata del cargo por confiabilidad se perdió y ha obedecido el plan de ahorro eléctrico del presidente Santos, pues en este momento de angustia no hay otro camino.  

(18-03-16)

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