¿Y DÓNDE ESTÁ EL PILLO?

Tras los hechos de sobrecostos en los contratos de Reficar, investigados y denunciados por la Contraloría General de la República, le siguió el reparto de coimas por Odebrecht, y en contraprestación obtener contratos millonarios del Estado. En estos casos hay mucha tela para cortar, como involucra a funcionarios públicos y particulares bien conectados con el poder político, los resultados serán tardíos cuando los colombianos se hayan olvidado del gigante robo de impuestos.

El mal manejo de la empresa Saludcoop (una de la más grande EPS) por sus dueños, llevó a su intervención y luego a su liquidación. Es el mejor ejemplo de negligencia de la superintendencia nacional de salud en la historia del sector. Hasta hoy el expediente de su principal autor de la quiebra, Carlos Palacino, sigue en la alacena de la Fiscalía General de la Nación, esperando su muerte definitiva.

El ex fiscal Montealegre no tenía motivo para investigar, puesto que había tenido relación contractual con Saludcoop antes de asumir el cargo, tal como lo demostró la ex contralora Sandra Morelli Rico. El actual fiscal Néstor Humberto Martínez, prometió a la ciudadanía hacerlo; sin embargo, poco ha sido el progreso que ha tenido el armatoste. Si esta falta de prontitud persiste, los primeros comprometidos en exigir que se investigue rápido son los ciudadanos y empresarios que no están metidos en la perversión. ¡O actuamos, o nos meten más impuestos anualmente!

Tal como va el trámite en la fiscalía, se presume que todos los posibles delitos cometidos por Palacino (El Emperador) y el interventor, un tal Guillermo Grosso (apoderado de tantas prebendas), se congelarán antes de saberse toda la verdad. Grosso, excedió sus facultades y hoy está metido de pies y cabeza en el lío de Saludcoop.

Sin embargo, la conexión política que tiene Palacino y Grosso extingue una imaginable actuación de la fiscalía. Si bien los controles públicos preventivos han mejorado en materia de contratación, todavía continúa la pereza oficial para prevenir el desbarajuste en muchos sectores de la economía. Hay enormes demoras entre los hechos denunciados por la gente y la respuesta de los órganos de control, en virtud de que caminan lentamente con miras a la omisión y al archivo definitivo de los casos.  

El mayor número de colombianos se pregunta: ¿Y dónde está el pillo? La respuesta la tiene el mismo ciudadano: está en los grandes clubes, encubierto en las haciendas, en el estrato seis del barrio seis, clandestino, o en Estados Unidos o Canadá aparentando ser un hombre decente, aunque esté más sucio que un inodoro.


POSDATA: En todos los casos de corrupción denunciados en la última década: ¿cuál llegará a su final? La aterrizada de los tres mosqueteros: ¿Maya, Martínez y Carrillo, a la contraloría, fiscalía y procuraduría, respectivamente, es una esperanza, o es otro chasco? 

(17-02-17)

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