DESPIPORRE ELÉCTRICO

La gran mayoría de los colombianos no es partidaria de la protesta incendiaria para reclamar un derecho. El medio utilizado en San Andrés de Sotavento (Córdoba) es impugnado de plano por todos. ¡Ojala, que no se repita! Aunque la causa del reproche es la misma. Pero a cambio, se solicita la presencia de la autoridad que vigila el servicio público de electricidad (Superintendencia y Ministerio respectivo) para que imponga la sanción de inmediato a Electricaribe o al responsable del despiporre. Que no vengan ahora los organismos de control oficial a hablarnos de investigaciones exhaustivas, porque eso sería una mamadera de gallo.

Electrocórdoba, Electrocosta y Electricaribe son la misma moneda, como lo han demostrado. Estas tres empresas que sucesivamente han prestado el servicio de energía eléctrica de manera ineficiente siguen en lo mismo. Uno excelente, era el que se esperaba de la última mencionada, para distinguirse de las antecesoras, pero cínicamente reproduce la manía: suspensión del servicio. Por añadidura, además, el episodio es repetitivo y la gente está cansada, en tanto sus directivos se mueren de la risa burlándose en la cara de los usuarios, sin respeto por los que les financian sus sueldos y ganancias. En abril y septiembre del año 2002 y febrero de 2003 denuncié en esta misma columna de El Meridiano de Córdoba el fracaso del objeto de esas empresas. ¡Nadie hizo caso!

En septiembre del año 2002 se llevó a cabo el primer reproche público valeroso en Pueblo Nuevo (Córdoba) contra Electrocórdoba. El incendio se apagó. Antes se habían realizado otros de menor tamaño contra la misma empresa, pero no prosperaron, porque los gerentes eran impuestos por los caciques políticos regionales que se habían arrogado el patrimonio estatal. Luego, en muchos corregimientos siguieron protestando contra las herederas Electrocosta y Electricaribe. La última significativa se dio en San Carlos (Córdoba), después en Río Viejo y Marialabaja (Bolívar), más tarde en Algarrobo (Magdalena) y luego en Repelón (Atlántico).

Lo que está sucediendo en el escenario del servicio eléctrico en la Costa Caribe, en sus municipios y corregimientos no es nuevo, viene de tiempo atrás y parece que la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios y el Ministerio de Minas y Energía no existieran como entidades de vigilancia y dirección del sector. Con este gesto desprevenido dan a entender que los reclamos de la gente de la provincia colombiana no importan, mientras los mandamases de esas dependencias se ocupan de asuntos pormenores del diario burocrático altiplano.

Hay que recordar un negro antecedente, en febrero del año 2003 se realizó en Montería una mesa de trabajo para buscar solución al mal servicio de energía eléctrica. A esa convocatoria no asistió la Superintendente de Servicios Públicos, hecho que fue objeto de sanción ciudadana y la causa principal para que la cacareada reunión fracasara definitivamente. El miércoles pasado la misma Superintendencia anunció una comisión investigadora para lo de San Andrés, desde ya es presumible el empleo parsimonioso encaminado a cancelar el caso. Por ende, es posible que no se sancione al causante del disturbio sanandresano. ¡Y, otra vez la impunidad!

POSDATA: Ya lo había dicho el filósofo francés F. Voltaire: “Los abusos gobiernan los estados.”

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