Dos temas llegaron a mi correo electrónico. El primero, la inhabilidad de la Gobernadora de Córdoba y el segundo, el proyecto de la Alcaldía de Montería de remodelar el parque principal.
Mientras el Consejo de Estado de Colombia, sea sometido a los vaivenes de la politiquería local y a las intrigas clientelistas, provenientes de aspirantes al Congreso, de mandaderos y de la hegemonía gobernante, se seguirá saboteando el fallo que tumba a la inhabilitada Gobernadora de Córdoba Martha Sáenz. En tanto, la mayoría de cordobeses seguirán esperando la sentencia justa. Ojalá que el aplazamiento leguleyo no desemboque en una jugada que pondría en aprietos la credibilidad de la justicia. A la susodicha providencia se le atravesó un muro para dilatarla quien sabe hasta cuándo, y aunque firmada por los cuatro magistrados de la Sección Tercera y conocida por Raimundo y todo el mundo, la mano negra la frenó abruptamente.
No hay justificación para impedir la notificación del fallo, el argumento es pobre y tomado de los cabellos, lo que se arguye construye la tramoya. Un día el Presidente del Consejo de Estado habla de proyecto y luego reconoce la providencia firmada. Allí se ve la mala fe. El caso, aunque insólito, algunos lo consideran posible porque el país está carente de justicia, toda vez que la emboscada se tiende. El Consejo de Estado no se ha librado de ciertos escándalos que conmovieron a los ciudadanos de bien, y aunque se creían superados otra vez se gestan.
Basta recordar la vulnerabilidad comprobada de la Sección Quinta, cuando se descubrió en el mes de septiembre del año pasado, una red de tráfico de influencias que movía todo el aparato hacia un propósito delincuencial. La noticia recorrió la geografía nacional de punta a punta con pronóstico que el asunto podría continuar. Ejemplarmente el diario El Espectador (05-09-2009), escribió: “Al parecer la red estaba tan bien desplegada que algunas comunicaciones sugieren arreglos ilegales en el Consejo de Estado y la Procuraduría para resolver dilemas en La Guajira, Arauca, Córdoba y Bolívar.” Allí está el detalle: blanco es, gallina lo pone y…..
El Alcalde de Montería, imitando al dictador de Alemania quiere demoler el actual parque de Bolívar, principal centro conversatorio de la ciudad. El proyecto del Alcalde se parece al de la Plaza de la Nueva Cancillería del Reich que ideó el arquitecto Albert Speer de Hitler. Los diseños coinciden. Ambos son una mole de material endurecido. El de Hitler, fue la expresión de su psiquis y del carácter tiránico. Gracias a que los soviéticos en 1945, durante la batalla de Berlín lo destruyeron, allí no está. Después, para bien, fue reconstruido, y quedó convertido en un gran parque moderno arborizado hasta los tuétanos que reflejó la nueva personalidad alemana.
El proyecto de parque del Alcalde de Montería como plaza de cemento, no cae bien en un clima ardiente, ni siquiera en Bogotá a más de 2.600 metros de altura. El diseño es de una quietud tal que se robotiza. Y para remate, mueve al Libertador Simón Bolívar de su sitio natural para arrojarlo a un extremo. También, coincide el proyecto de Pineda, con uno de 1991, que trasteó los angelitos de mármol de carrara a una finca del Sabanal, pero gracias a la presión popular se logró el rescate. La Sociedad de Arquitectos de Córdoba ha protestado por el diseño, y con razón, puesto que la “Perla del Sinú” merece algo que apropie el clima y la protuberante vegetación. Un concurso de mérito podría ayudar a resolver el problema, de otro modo, el proyecto está casado.
POSDATA: Sale al paso el historiador español padre Juan de Mariana: “Antes de entrar en el peligro, poner los ojos en la salida.”
Mientras el Consejo de Estado de Colombia, sea sometido a los vaivenes de la politiquería local y a las intrigas clientelistas, provenientes de aspirantes al Congreso, de mandaderos y de la hegemonía gobernante, se seguirá saboteando el fallo que tumba a la inhabilitada Gobernadora de Córdoba Martha Sáenz. En tanto, la mayoría de cordobeses seguirán esperando la sentencia justa. Ojalá que el aplazamiento leguleyo no desemboque en una jugada que pondría en aprietos la credibilidad de la justicia. A la susodicha providencia se le atravesó un muro para dilatarla quien sabe hasta cuándo, y aunque firmada por los cuatro magistrados de la Sección Tercera y conocida por Raimundo y todo el mundo, la mano negra la frenó abruptamente.
No hay justificación para impedir la notificación del fallo, el argumento es pobre y tomado de los cabellos, lo que se arguye construye la tramoya. Un día el Presidente del Consejo de Estado habla de proyecto y luego reconoce la providencia firmada. Allí se ve la mala fe. El caso, aunque insólito, algunos lo consideran posible porque el país está carente de justicia, toda vez que la emboscada se tiende. El Consejo de Estado no se ha librado de ciertos escándalos que conmovieron a los ciudadanos de bien, y aunque se creían superados otra vez se gestan.
Basta recordar la vulnerabilidad comprobada de la Sección Quinta, cuando se descubrió en el mes de septiembre del año pasado, una red de tráfico de influencias que movía todo el aparato hacia un propósito delincuencial. La noticia recorrió la geografía nacional de punta a punta con pronóstico que el asunto podría continuar. Ejemplarmente el diario El Espectador (05-09-2009), escribió: “Al parecer la red estaba tan bien desplegada que algunas comunicaciones sugieren arreglos ilegales en el Consejo de Estado y la Procuraduría para resolver dilemas en La Guajira, Arauca, Córdoba y Bolívar.” Allí está el detalle: blanco es, gallina lo pone y…..
El Alcalde de Montería, imitando al dictador de Alemania quiere demoler el actual parque de Bolívar, principal centro conversatorio de la ciudad. El proyecto del Alcalde se parece al de la Plaza de la Nueva Cancillería del Reich que ideó el arquitecto Albert Speer de Hitler. Los diseños coinciden. Ambos son una mole de material endurecido. El de Hitler, fue la expresión de su psiquis y del carácter tiránico. Gracias a que los soviéticos en 1945, durante la batalla de Berlín lo destruyeron, allí no está. Después, para bien, fue reconstruido, y quedó convertido en un gran parque moderno arborizado hasta los tuétanos que reflejó la nueva personalidad alemana.
El proyecto de parque del Alcalde de Montería como plaza de cemento, no cae bien en un clima ardiente, ni siquiera en Bogotá a más de 2.600 metros de altura. El diseño es de una quietud tal que se robotiza. Y para remate, mueve al Libertador Simón Bolívar de su sitio natural para arrojarlo a un extremo. También, coincide el proyecto de Pineda, con uno de 1991, que trasteó los angelitos de mármol de carrara a una finca del Sabanal, pero gracias a la presión popular se logró el rescate. La Sociedad de Arquitectos de Córdoba ha protestado por el diseño, y con razón, puesto que la “Perla del Sinú” merece algo que apropie el clima y la protuberante vegetación. Un concurso de mérito podría ayudar a resolver el problema, de otro modo, el proyecto está casado.
POSDATA: Sale al paso el historiador español padre Juan de Mariana: “Antes de entrar en el peligro, poner los ojos en la salida.”