El voto podría darle la luz a Colombia. Con anterioridad Antanas Mockus había dicho que si ganaba la presidencia invitaría a Chávez a su posesión. En la entrevista publicada el martes 15 de junio, página 1-6 del diario El Tiempo, María Isabel Rueda le preguntó a Juan Manuel Santos: ¿invitaría a Chávez a su posesión?, a lo que contestó: “Sí lo invitaría.” En su momento, la declaración de Mockus fue criticada atomizando el ambiente porque algunos medios de comunicación le cayeron como un rayo al Verde. En cambio la respuesta de Santos pasó desapercibida, con el encargo de taparla por cuenta de sus arqueros: J.J Rendón & Compañía.
En el debate de Caracol televisado ese mismo martes por la noche, Santos señaló que “las fuerzas armadas son la columna vertebral de la democracia.” El diario El Tiempo en la edición del miércoles 16 de junio página 1-4 maquilló la respuesta de Santos: los militares son: “la columna vertebral para la soberanía de un país.” La respuesta fue modificada por los mismos arqueros a favor del postulado de la “U”, corrigiendo el yerro. Fue una equivocación o falta de conocimiento del candidato Santos sobre el tema en particular. Lo cierto es que Santos ha demostrado que sabe de milicia, distinto es Mockus que domina la ética y la legalidad, esto es una diferencia sustancial en la perspectiva humana.
La fusión de los ministerios del interior y de justicia y del derecho mediante la Ley 790 de 2002, sancionada por el presidente Álvaro Uribe Vélez y su ministro Fernando Londoño Hoyos, no fue una decisión acertada, detuvo el progreso de la función estatal en un campo de la administración del derecho. La unificación dejó la tarea en manos inexpertas, aflorando muchísimos problemas que han sido obstáculos para la formulación de políticas sobre justicia. La situación podría cambiar si el gobierno y la persona que ejerza el nuevo ministerio fortalezcan el respeto de los derechos humanos y fundamentales por el Estado y restablezcan la armonía entre la rama judicial y la ejecutiva.
La corrupción estatal está asociada a la violación permanente de la ley. Además, de las continuas denuncias hechas por la oficina anticorrupción de la presidencia de la república sobre el valor económico que representa la corrupción y el perjuicio social que conlleva, la querella no ha servido de semilla para corregir el desvarío. Siguen los oídos sordos frente al flagelo y sin atenderse el clamor ciudadano. El Departamento Nacional de Planeación acaba de denunciar más de veinticuatro mil irregularidades en el uso de las regalías que reciben los entes territoriales, todas relacionadas con faltas protuberantes en la contratación administrativa y desfalcos por tres billones de pesos en los últimos cinco años. Se erró por ausencia de control eficaz y culpa del propio gobierno.
A pesar de que en el país el desempleo ronda a la familia despojándola de ingresos y llevándolas a vivir en medio de la pobreza, hay un aliento de que la situación podría mejorar socialmente si los colombianos eligen un buen gobernante el próximo domingo 20 de junio. Como ha fracasado el sistema político, los civiles tienen el derecho a derrocar la democracia enferma para darle paso a una remozada que es esperanza. Las propuestas de los candidatos Mockus y Santos están a la orden de los colombianos y es de esperarse que los abstencionistas concurran a las urnas. Es posible que los ciudadanos voten de manera independiente, que la conseja politiquería sea desoída y la preferencia individual predomine sobre el clientelismo y la deshonestidad. Votaré por el doctor Antanas Mockus que representa el cambio y la decencia administrativa de lo público, y simbolizar lo contrario del embeleco: “unión de las élites políticas tradicionales” que armó Santos.
POSDATA: Que el próximo domingo el pensamiento del filósofo romano Marco Tulio Cicerón no se haga realidad: “La fuerza es el derecho de las bestias.”
En el debate de Caracol televisado ese mismo martes por la noche, Santos señaló que “las fuerzas armadas son la columna vertebral de la democracia.” El diario El Tiempo en la edición del miércoles 16 de junio página 1-4 maquilló la respuesta de Santos: los militares son: “la columna vertebral para la soberanía de un país.” La respuesta fue modificada por los mismos arqueros a favor del postulado de la “U”, corrigiendo el yerro. Fue una equivocación o falta de conocimiento del candidato Santos sobre el tema en particular. Lo cierto es que Santos ha demostrado que sabe de milicia, distinto es Mockus que domina la ética y la legalidad, esto es una diferencia sustancial en la perspectiva humana.
La fusión de los ministerios del interior y de justicia y del derecho mediante la Ley 790 de 2002, sancionada por el presidente Álvaro Uribe Vélez y su ministro Fernando Londoño Hoyos, no fue una decisión acertada, detuvo el progreso de la función estatal en un campo de la administración del derecho. La unificación dejó la tarea en manos inexpertas, aflorando muchísimos problemas que han sido obstáculos para la formulación de políticas sobre justicia. La situación podría cambiar si el gobierno y la persona que ejerza el nuevo ministerio fortalezcan el respeto de los derechos humanos y fundamentales por el Estado y restablezcan la armonía entre la rama judicial y la ejecutiva.
La corrupción estatal está asociada a la violación permanente de la ley. Además, de las continuas denuncias hechas por la oficina anticorrupción de la presidencia de la república sobre el valor económico que representa la corrupción y el perjuicio social que conlleva, la querella no ha servido de semilla para corregir el desvarío. Siguen los oídos sordos frente al flagelo y sin atenderse el clamor ciudadano. El Departamento Nacional de Planeación acaba de denunciar más de veinticuatro mil irregularidades en el uso de las regalías que reciben los entes territoriales, todas relacionadas con faltas protuberantes en la contratación administrativa y desfalcos por tres billones de pesos en los últimos cinco años. Se erró por ausencia de control eficaz y culpa del propio gobierno.
A pesar de que en el país el desempleo ronda a la familia despojándola de ingresos y llevándolas a vivir en medio de la pobreza, hay un aliento de que la situación podría mejorar socialmente si los colombianos eligen un buen gobernante el próximo domingo 20 de junio. Como ha fracasado el sistema político, los civiles tienen el derecho a derrocar la democracia enferma para darle paso a una remozada que es esperanza. Las propuestas de los candidatos Mockus y Santos están a la orden de los colombianos y es de esperarse que los abstencionistas concurran a las urnas. Es posible que los ciudadanos voten de manera independiente, que la conseja politiquería sea desoída y la preferencia individual predomine sobre el clientelismo y la deshonestidad. Votaré por el doctor Antanas Mockus que representa el cambio y la decencia administrativa de lo público, y simbolizar lo contrario del embeleco: “unión de las élites políticas tradicionales” que armó Santos.
POSDATA: Que el próximo domingo el pensamiento del filósofo romano Marco Tulio Cicerón no se haga realidad: “La fuerza es el derecho de las bestias.”