Insisten en arrancarle un pedazo a nuestra querida ciudad de Montería. Se ha dicho que es un prospecto que tiene sabor político y afán particular. Más de dos siglos de existencia y de consolidación política, geográfica y administrativa de Montería no puede dejarse llevar al traste sin un sustento que concluya que el embeleco es mejor que la unidad. La administración pública de nuestra urbe se ha afianzado a pesar de las dificultades administrativas entorpecidas por la corrupción galopante, sin embargo, con todo y esto se ha ido mejorando su capacidad de gestión como instrumento de desarrollo y progreso. Si más de doscientos años de existencia no han sido suficientes para culturizar a la dirigencia de la importancia que tiene la entidad territorial, el nuevo municipio sería la vaca loca engendrada sin beneficio social para sus habitantes.
La iniciativa viene cuajando desde el año 2005, en ese momento advertí al igual que otras personas que la idea era improcedente. El alcalde de la época, que era un foráneo y político de tiempo completo, se hizo demente para sustraerse del asunto, pero el actual que es un auténtico monteriano, deberá dar la batalla en compañía de los distintos sectores de la sociedad, para hacerle entender a los impulsadores del proyecto que a cambio de esa finalidad dediquen el tiempo a cooperar en la solución de las necesidades del sector haciendo el debate correspondiente.
La iniciativa viene cuajando desde el año 2005, en ese momento advertí al igual que otras personas que la idea era improcedente. El alcalde de la época, que era un foráneo y político de tiempo completo, se hizo demente para sustraerse del asunto, pero el actual que es un auténtico monteriano, deberá dar la batalla en compañía de los distintos sectores de la sociedad, para hacerle entender a los impulsadores del proyecto que a cambio de esa finalidad dediquen el tiempo a cooperar en la solución de las necesidades del sector haciendo el debate correspondiente.
Se necesitan que las veedurías, las organizaciones civiles (incluidas la cámara de comercio, la federación de comerciantes y otras afines), la academia, los historiadores y toda la gente monteriana y aquella que se sienta de esta tierra hermosa se movilicen para el mantenimiento de la unidad, conviniendo con los promotores que la segregación no es conveniente desde ningún punto de vista, pues la sociedad unitaria es mucho más importante para alcanzar el mejoramiento del bienestar y la calidad de vida de la población que el capricho y la euforia por hacer tolda aparte.
Es de conocimiento público que la margen izquierda del río Sinú, como cualquier otro conjunto de barrios de la ciudad no tiene la capacidad comercial, industrial y económica para conformar una masa tributaria que haga sostenible la nueva maquinaria burocrática, como sí lo ha demostrado Montería integrada. Es necesario que los pobladores de este territorio despierten y no se dejen entusiasmar por la separación, lo que sí es posible es aprovechar el vigor de trabajo de los promotores para que organicen a la gente, a fin de que se elijan concejales que gestionen los proyectos de inversión social y de infraestructura física que ahora se reclaman. No obstante este objetivo, el gobierno de Montería deberá oír a la comunidad que plantea cama aparte.
El alcalde Marcos Pineda deberá liderar la campaña para defender la conservación de la urbe, sin escapar a esta misma obligación la gobernadora Martha Sáenz, el concejo de Montería y la asamblea de Córdoba. Es imprescindible en este momento que la ciudadanía del lado izquierdo conozca las desventajas de la aventurada división, la burocracia como endemia de la administración pública se tragaría los recursos y la politiquería sería el instrumento del bocado presupuestal, a más problemas menos soluciones. Repito lo que dije el 11 de febrero de 2005 en mi columna de opinión de El Meridiano de Córdoba. Pues si se trata de democracia, lo acertado es saber elegir. La próxima elección popular es el escenario propicio para que este conglomerado de barrios rectifique: elija concejales, diputados y hasta alcalde. ¡Es el reto, y viable!
POSDATA: Con razón el escritor francés Alfonso Esquiros había sostenido: “La unidad es la ley de todas las cosas grandes.”