Si los banqueros quieren hacerse oír del gobierno nacional lo primero que tienen que hacer es bajar la tasa de interés y demás cobros exagerados por los servicios, y si el gobierno se mantiene en su propósito firme de impulsar la bancarización mediante la reducción de costos tendría que decirles a ellos: se reforman o los reformo yo. Algo parecido les ha dicho en su mensaje el Presidente Santos en la clausura de la última Convención Bancaria realizada en Cartagena, a propósito de la solicitud del gremio bancario de revisar la tasa de usura y otros frentes de ganancias del sector. Que son ineficientes, pues sí lo son. Parece que no entendieran. Entre más clientela, más es la demanda de servicios y por supuesto más las utilidades. Se han cerrado a pedir y pedir, nada más.
Hasta ahora el gobierno se ha mostrado tolerante frente a las quejas de los clientes de los bancos que consideran que el costo de mantener una cuenta corriente o de ahorro o pagar un préstamo resulta demasiado oneroso para todos. Durante los últimos ocho años, el Estado fue sordo y mantuvo la boca cerradita respecto a las peticiones ciudadanas, sin embargo, la banca ha seguido ganando y no se han quebrado ya que ha tenido amplias garantías para atender los servicios y crecer, pero a costa del grande y pequeño empresario y de los consumidores.
Colombia es un país lleno de gente que mueve la economía, entre los que están: riquísimos, ricos y emergentes, pero los inversionistas y banqueros se han sustraído a esta situación para imponer su voluntad o egoísmo de no ceder un centímetro sobre su manera de pensar. Hay que movilizar el ahorro de los colombianos, recuérdese que una gran suma está guardada bajo el colchón, la gente no les llama la atención tener el dinero en los bancos porque éstos pagan muy poco, las viejas cuentas del banco popular y de la antigua caja agraria que generaban buenos intereses desaparecieron, ahora el asunto es todo lo contrario, hay que pagarles a los banqueros para que le guarden la plata a uno. El proceso de bancarización no arranca y crecerá como se quiere en la medida que se le abra la puerta a los nacionales y no los ahuyenten como está sucediendo.
Ayer fue Ecopetrol, cuando la comunidad peleó la compra de acciones, hoy Davivienda, la demanda pública de acciones preferenciales de este banco sobrepasó a la emisión en más de $4.7 billones. Lo que comprueba que la socialización de la propiedad empresarial es un hecho necesario y posible que atrae el ahorro, siendo fuente importante aquí se ha tenido poco en cuenta. Señores, hay plata y plata en manos de las familias, con ella se puede bancarizar y también construir metros, ferrocarriles, etcétera. Los gestores del metro de Bogotá y del ferrocarril del Caribe tienen esa posibilidad de promover la inversión hacia estas finalidades de transporte para la capital de la república y para nuestro litoral, esa es la gallina de los huevos de oro, por favor no la maten.
En el caso del Caribe, dejémonos de vaina, que los dirigentes no sean limosneros, en vez de estar pidiéndole plata al gobierno nacional a toda ahora, muchas veces para despilfarrarla, busquen el dinero en otra parte, por ejemplo en el ahorro privado interno y en el mundo exterior en que flota, por cierto a bajo costo, pero para conseguir eso se necesitan proyectos estructurados y no políticos que se esfuman en el idealismo y se desvelan por los votos clientelistas.
POSDATA: “Tasas de interés más bajas y competitivas recuperan la economía y reducen el desempleo.”, pensamiento del economista norteamericano Paul R. Krugman.
Hasta ahora el gobierno se ha mostrado tolerante frente a las quejas de los clientes de los bancos que consideran que el costo de mantener una cuenta corriente o de ahorro o pagar un préstamo resulta demasiado oneroso para todos. Durante los últimos ocho años, el Estado fue sordo y mantuvo la boca cerradita respecto a las peticiones ciudadanas, sin embargo, la banca ha seguido ganando y no se han quebrado ya que ha tenido amplias garantías para atender los servicios y crecer, pero a costa del grande y pequeño empresario y de los consumidores.
Colombia es un país lleno de gente que mueve la economía, entre los que están: riquísimos, ricos y emergentes, pero los inversionistas y banqueros se han sustraído a esta situación para imponer su voluntad o egoísmo de no ceder un centímetro sobre su manera de pensar. Hay que movilizar el ahorro de los colombianos, recuérdese que una gran suma está guardada bajo el colchón, la gente no les llama la atención tener el dinero en los bancos porque éstos pagan muy poco, las viejas cuentas del banco popular y de la antigua caja agraria que generaban buenos intereses desaparecieron, ahora el asunto es todo lo contrario, hay que pagarles a los banqueros para que le guarden la plata a uno. El proceso de bancarización no arranca y crecerá como se quiere en la medida que se le abra la puerta a los nacionales y no los ahuyenten como está sucediendo.
Ayer fue Ecopetrol, cuando la comunidad peleó la compra de acciones, hoy Davivienda, la demanda pública de acciones preferenciales de este banco sobrepasó a la emisión en más de $4.7 billones. Lo que comprueba que la socialización de la propiedad empresarial es un hecho necesario y posible que atrae el ahorro, siendo fuente importante aquí se ha tenido poco en cuenta. Señores, hay plata y plata en manos de las familias, con ella se puede bancarizar y también construir metros, ferrocarriles, etcétera. Los gestores del metro de Bogotá y del ferrocarril del Caribe tienen esa posibilidad de promover la inversión hacia estas finalidades de transporte para la capital de la república y para nuestro litoral, esa es la gallina de los huevos de oro, por favor no la maten.
En el caso del Caribe, dejémonos de vaina, que los dirigentes no sean limosneros, en vez de estar pidiéndole plata al gobierno nacional a toda ahora, muchas veces para despilfarrarla, busquen el dinero en otra parte, por ejemplo en el ahorro privado interno y en el mundo exterior en que flota, por cierto a bajo costo, pero para conseguir eso se necesitan proyectos estructurados y no políticos que se esfuman en el idealismo y se desvelan por los votos clientelistas.
POSDATA: “Tasas de interés más bajas y competitivas recuperan la economía y reducen el desempleo.”, pensamiento del economista norteamericano Paul R. Krugman.