MAFIA A LA COLOMBIANA

Incuestionablemente hay que repasar a diario el libro del historiador de la Universidad de Palermo (Italia) Giuseppe Carlo Marino “Historia de la Mafia”, para entender cómo funciona el embrujo de esta asociación que tanto daño ha hecho en Colombia. En este momento en que las relaciones del Estado con los particulares se han vuelto tan rutinarias, la consulta del texto resulta ser imprescindible y obligatoria, nos prepara para entender mejor la telaraña que se desprende de la formación de los grupos mafiosos, los cuales una vez integrados, adquieren enorme poder político, contaminan a toda la sociedad en su propósito y pueden vencer a las fuerzas del Estado.

Nuestro país, es uno de los que ha sufrido por este motivo, no hemos todavía superado la tormenta de escándalo a causa de los crímenes y genocidios más atroces cuyos autores fueron los narco paramilitares asociados con los narco parapolíticos, cuando a lo largo y ancho de la geografía nacional se encienden las ráfagas de los nuevos criminales, como prolongación de los anteriores y herederos legítimos de sus mismas formas de encararse a la sociedad y matar sin ningún escrúpulo, sometiendo al ciudadano a toda clase de vejámenes con el apoyo político soterrado.

El nacimiento de estas formas de organización irregular es bien analizada por Marino. Desde Giuseppe Petrai en “Novela de un Bandido” en 1799, o el discurso del magistrado Pietro Calà Ulloa en 1838 en que se dice: “No hay un empleado en Sicilia que no se haya postrado ante una señal de un prepotente y que no haya pensado en sacar provecho de su cargo.”, o Giuseppe Rizzoto en 1863, o Antonio Traina en 1868 mediante la elaboración de un vocabulario, o la novela Los Novios de Alessandro Manzoni, o la incidencia del “españolismo” sobre el proceso formativo de la cultura mafiosa siciliana. Lo interesante de este análisis cronológico es que cada uno de los citados aporta lo que conocía en su momento, sirviendo al autor para desenredar el origen de la mafia como fenómeno facineroso.

Giuseppe Carlo Marino, es más profundo cuando escrudiña casos concretos sobre el origen mafioso, ligado su arraigo a la cultura popular como la religión: “viga maestra del sistema de creencias y valores tradicionales.” La mafia es una asociación criminal, especial y compleja que niega la justicia, que impone sus propias leyes, representa a una clase emergente prepotente y parasitaria, asociada al poder político para la conquista del Estado, prestando sus servicios a los partidos y aplicada a las inversiones especulativas como el latifundio y la renta inmobiliaria.

Como dice Marino, existen pocas dudas que la mafia transmigró de Sicilia a América en la segunda mitad del siglo XIX. Para nuestro mal ha estado incrustada en el sistema político colombiano, después del proceso ocho mil y del destape de los narco parapolíticos continúa la prolongación como “bandas criminales” y en otra faceta, presente en la contratación pública.

POSDATA: “El culto obsesivo del poder y de los bienes, suele indicarse como mentalidad mafiosa”, epílogo de Giuseppe Carlo Marino.

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