Hay un tesoro en las biografías que se escriben sobre ciertos hombres y mujeres que han triunfado en la vida sirviendo a sus comunidades, y es aquí donde hay mucho que aprender por ser una fuente importantísima de buenas costumbres. La biografía de Barack Obama escrita por el periodista norteamericano David Remnick, publicada en castellano el año pasado por Random House Mondadori de Colombia, es una de esas, contiene muchos ejemplos de vida del biografiado, es como un retrato de la trayectoria realizada, de manera seria, por Obama, que subiendo por los peldaños de la escalera lo llevan a realizar el sueño: llegar a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica.
Ante las debilidades de los estudios sobre el potencial del ser humano que se imparten en la escuela y luego en la universidad, los niños y niñas han copiado los modales de vida que ven en los adultos y en la televisión. Los jóvenes de hoy tienen que aprender mucho para concretar las aspiraciones sociales, se necesitan maestros más aterrizados que les enseñen a sus discípulos cómo incursionar en las soluciones de los problemas que tienen que ver con la sociedad de ricos, pobres y miserables. Obama, aprendió que la formación da la oportunidad de fomentar mejoras sociales sin temor a las consecuencias, asunto que no es tan propio de la educación ortodoxa que todavía tenemos en Colombia.
Obama, en su vida de niño y adolescente estuvo alejado de su padre Barack Obama y también de su madre Ann Dunham, y según el autor de la semblanza, creció con la influencia materna que quería que el mundo cambiara. Tuvo el trajín normal que podría seguir un político, preparándose para el ejercicio de su carrera, pero con ahínco en la lucha por los derechos humanos de los pueblos oprimidos, distinto a aquéllos que buscan en la política un medio de enriquecimiento ilícito y de abuso de poder. Se caracterizó por servir a la comunidad a la cual perteneció y en temas de paz e igualdad entre los seres humanos recibió la influencia de Martin Luther King Jr. Aunque a simple vista pareciera que el autor de la biografía, el periodista Remnick, se hubiera sobrepasado en dimensionar la carrera de Obama, lo cierto es que no cabe esa probabilidad.
El hecho es que en esta biografía encontramos muchas historias que nos llevan a deducir que a su formación contribuyó él mismo, fue siempre un buscador del camino correcto hacia la defensa de los derechos comunes. Sobrepasando, su origen birracial, pues su madre blanca y su padre africano, logró educarse en un ambiente enriquecido por su capacidad social de estar siempre entre la gente, lo que podría ser un común denominador de cualquier hombre con aspiraciones políticas, con la diferencia de que el objeto de Obama era aprender de esas reuniones y retroalimentarse para un proyecto futurista y no aprovecharse de la audiencia que lo escuchó.
A los jóvenes políticos y a los que están en fila les conviene leer este libro de la ascensión de Obama, es un ejemplo de buena formación política, sin los defectos de la actual clase política de Colombia de la que nada pueden aprender y la que, con sus imperfecciones, ha contribuido a la actual corrupción que vienen denunciando los medios de comunicación y las autoridades.
Ante las debilidades de los estudios sobre el potencial del ser humano que se imparten en la escuela y luego en la universidad, los niños y niñas han copiado los modales de vida que ven en los adultos y en la televisión. Los jóvenes de hoy tienen que aprender mucho para concretar las aspiraciones sociales, se necesitan maestros más aterrizados que les enseñen a sus discípulos cómo incursionar en las soluciones de los problemas que tienen que ver con la sociedad de ricos, pobres y miserables. Obama, aprendió que la formación da la oportunidad de fomentar mejoras sociales sin temor a las consecuencias, asunto que no es tan propio de la educación ortodoxa que todavía tenemos en Colombia.
Obama, en su vida de niño y adolescente estuvo alejado de su padre Barack Obama y también de su madre Ann Dunham, y según el autor de la semblanza, creció con la influencia materna que quería que el mundo cambiara. Tuvo el trajín normal que podría seguir un político, preparándose para el ejercicio de su carrera, pero con ahínco en la lucha por los derechos humanos de los pueblos oprimidos, distinto a aquéllos que buscan en la política un medio de enriquecimiento ilícito y de abuso de poder. Se caracterizó por servir a la comunidad a la cual perteneció y en temas de paz e igualdad entre los seres humanos recibió la influencia de Martin Luther King Jr. Aunque a simple vista pareciera que el autor de la biografía, el periodista Remnick, se hubiera sobrepasado en dimensionar la carrera de Obama, lo cierto es que no cabe esa probabilidad.
El hecho es que en esta biografía encontramos muchas historias que nos llevan a deducir que a su formación contribuyó él mismo, fue siempre un buscador del camino correcto hacia la defensa de los derechos comunes. Sobrepasando, su origen birracial, pues su madre blanca y su padre africano, logró educarse en un ambiente enriquecido por su capacidad social de estar siempre entre la gente, lo que podría ser un común denominador de cualquier hombre con aspiraciones políticas, con la diferencia de que el objeto de Obama era aprender de esas reuniones y retroalimentarse para un proyecto futurista y no aprovecharse de la audiencia que lo escuchó.
A los jóvenes políticos y a los que están en fila les conviene leer este libro de la ascensión de Obama, es un ejemplo de buena formación política, sin los defectos de la actual clase política de Colombia de la que nada pueden aprender y la que, con sus imperfecciones, ha contribuido a la actual corrupción que vienen denunciando los medios de comunicación y las autoridades.
POSDATA: “Nada hay que valga tanto como el ejemplo.”, es la sentencia del novelista italiano Alessandro Manzoni.