¿ES POSIBLE CONTROLAR A LOS PARTIDOS?

Normalmente los partidos en Colombia no han tenido control ni autocontrol para frenar los excesos de las actuaciones de sus directivas y militantes. A pesar de haber contado con unas reglas de juego dictadas por sus propias autoridades, el control se cumplía a través de las comisiones de ética, que como se pudo comprobar, no fueron garantía para la moralización partidista. Hasta hace poco, por derivación de los escándalos empollados en la relación de los políticos con el paramilitarismo y el narcotráfico, algunos partidos fueron más previsivos que otros, sin embargo, los que tomaron medidas preventivas para evitar ser permeados por la delincuencia no tuvieron éxito y otros le tendieron tapete a los elefantes.

La Ley 1475 de 2011, que definió los principios de los partidos en Colombia, ordenando que les corresponde garantizar en los estatutos la participación, la igualdad, el pluralismo, la equidad e igualdad de género, la transparencia y la moralidad, apenas comienza a aplicarse. El contenido es bueno, el problema está hasta dónde los políticos y la política aceptarían que esas garantías puedan ser reales. Especialmente la moralidad, en que se dispone el compromiso de los partidos y movimientos políticos desarrollar su actividad de conformidad con las normas de comportamiento señaladas en los códigos de ética, que aunque pueden ser angélicos, es posible que se hagan a la medida del hábil y no siguiendo la letra de la ley.

La ley fue hecha por políticos y es posible que a pesar de ser una normatividad muy buena, quede reducida a la nada, precisamente, cuando los ladinos vean que no les conviene y busquen su aplazamiento o esguince, preparando nuevas leyes, que es previsible se estén cocinando en la mente de algunos, las harán aprobar por el congreso y el presagio que se tenía se convierta en realidad.

La finalidad de la novedosa ley de partidos, como se conoce, es limpiar el camino lleno de espinas, por el cual transitaban hacia el poder las agrupaciones políticas. Colombia es un país, que a pesar de haber contado con dos grandes partidos políticos, engendrados en las tendencias naturales liberales y conservadoras, fracasaron, facilitando el surgimiento de otras tendencias que han logrado formalizarse. No obstante este hecho, muchas personas siguen desertado para adherir a otras fuerzas en formación que ven con mejor futuro, porque la dinámica política del nuevo siglo abre espacios de pensamiento que les atraen y creen en ellos sin entrar a repetir el caudillismo.

Los simpatizantes de los nuevos ideales, nutridos en las tendencias políticas que vienen surgiendo en el mundo ante el fracaso de los partidos de izquierda, se han ubicado dentro de la democracia y el centro, con el propósito de avanzar y no dejar perder lo que ha conquistado la humanidad en su lucha permanente por el bienestar y la disminución de la pobreza. Esta tendencia se enfrentaría a las corporaciones que agrandaron tanto su poder, que los gobiernos se han quedado liliputiense frente a las decisiones fundamentales que necesita la sociedad para seguir viviendo dentro de un ambiente de paz social. ¡El progresismo es el nuevo amanecer!

POSDATA: El progresismo es un movimiento social reformista contra los abusos del desarrollo económico y contra la corrupción política, a fin de regular la vida social, fue la idea de Theodore Roosevelt.

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