En la medida que los políticos, gobernantes y empresarios entiendan que de nuestros problemas el principal es el social, podría avanzarse hacia el establecimiento de un desarrollo económico y humano de igualdad, donde haya suficiente empleo sostenible para la actual y futura generación. Se ha reconocido que el capitalismo está en crisis y no ha sido capaz de resolver los principales flagelos que golpean a la mayoría de las personas pobres. Hay crisis social en Estados Unidos, como en muchos países de Europa. Los indignados gritan, llamando la atención en las principales plazas del mundo.
Colombia es un país pobre al igual que otros de América Latina y el Caribe. El crecimiento del producto interno bruto (PIB) anual que anuncia el DANE inquieta a los académicos y a los empresarios, los primeros se alimentan de esas cifras y los segundos ven agrandadas las utilidades de sus empresas. Pero al común de la gente eso no le interesa, lo que le importa es que haya empleo porque le genera ingreso y puede comer, pagar el arriendo, los servicios públicos y el colegio de sus hijos, entre otros.
No hay gobierno democrático que no se interese por generar cambios para mitigar la crisis del capitalismo, cambios que generalmente menoscaban el bienestar de los pobres. Si bien el actual gobierno nacional ha avanzado, como proyecto social, promoviendo leyes en materia de protección a las víctimas de la violencia y de recuperación de tierras por los desplazados como legítimos dueños, tiene más reformas que pueden afectar bienes sociales adquiridos con anterioridad.
De sectores gremiales surge el manifiesto para limitar los emolumentos de las pensiones, cuando las reformas anteriores han afectado menos a los ricos, como congresistas, magistrados y altos empleados del Estado. Apuntan a recortar el de prima media del Seguro Social, sosteniendo la inviabilidad financiera y es posible que así sea, pero no es equitativo propiciar un país habitado por viejos pobres y miserables. Pues el sistema de ahorro individual, estructurado por las finanzas privadas, no garantiza una pensión digna a las personas que hoy tienen menos de cuarenta años y a otros, que engañados por la rapiña publicitaria, se pasaron del Seguro Social al privado de ahorro individual.
La salud se revienta por el capitalismo que se enriquece con los aportes de los usuarios, las continuas quejas de los afiliados y la comprobación de esas irregularidades por las autoridades correspondientes, aprobaron que no anda bien. La educación será otro frente que está en camino de ser reformada, se quiere meter más negocio al sector, aunque ya es una empresa utilitarista, en Colombia casi todas las universidades privadas son de propiedad de los políticos o ex políticos. ¡Ojalá el remedio no sea peor que la enfermedad!
POSDATA: Ante el fantasma del capitalismo: ¡Luchas o te callas!
Colombia es un país pobre al igual que otros de América Latina y el Caribe. El crecimiento del producto interno bruto (PIB) anual que anuncia el DANE inquieta a los académicos y a los empresarios, los primeros se alimentan de esas cifras y los segundos ven agrandadas las utilidades de sus empresas. Pero al común de la gente eso no le interesa, lo que le importa es que haya empleo porque le genera ingreso y puede comer, pagar el arriendo, los servicios públicos y el colegio de sus hijos, entre otros.
No hay gobierno democrático que no se interese por generar cambios para mitigar la crisis del capitalismo, cambios que generalmente menoscaban el bienestar de los pobres. Si bien el actual gobierno nacional ha avanzado, como proyecto social, promoviendo leyes en materia de protección a las víctimas de la violencia y de recuperación de tierras por los desplazados como legítimos dueños, tiene más reformas que pueden afectar bienes sociales adquiridos con anterioridad.
De sectores gremiales surge el manifiesto para limitar los emolumentos de las pensiones, cuando las reformas anteriores han afectado menos a los ricos, como congresistas, magistrados y altos empleados del Estado. Apuntan a recortar el de prima media del Seguro Social, sosteniendo la inviabilidad financiera y es posible que así sea, pero no es equitativo propiciar un país habitado por viejos pobres y miserables. Pues el sistema de ahorro individual, estructurado por las finanzas privadas, no garantiza una pensión digna a las personas que hoy tienen menos de cuarenta años y a otros, que engañados por la rapiña publicitaria, se pasaron del Seguro Social al privado de ahorro individual.
La salud se revienta por el capitalismo que se enriquece con los aportes de los usuarios, las continuas quejas de los afiliados y la comprobación de esas irregularidades por las autoridades correspondientes, aprobaron que no anda bien. La educación será otro frente que está en camino de ser reformada, se quiere meter más negocio al sector, aunque ya es una empresa utilitarista, en Colombia casi todas las universidades privadas son de propiedad de los políticos o ex políticos. ¡Ojalá el remedio no sea peor que la enfermedad!
POSDATA: Ante el fantasma del capitalismo: ¡Luchas o te callas!