¿FRAUDE, O LEGALIDAD EN RUSIA?

Remedando a David E. Hoffman: de las cenizas del comunismo soviético nació un capitalismo voraz e indomable. En que pocos se enriquecieron y la mayoría siguió pobre. Dentro del proceso de transformación de Rusia, hay que recordar a los jóvenes Gaidar y Chubáis y su lugarteniente Vasíliev porque son considerados los ingenieros de la revolución económica de Borís Yeltsin. Ellos se comprometieron a cambiar el viejo sistema ante el inminente fracaso del comunismo, le apuntaron a eliminar la planificación centralizada y desechar todo lo que fuera herencia de los viejos gobiernos comunistas. ¡Y así fue!

Empezó la era de Yeltsin 1991-1999 y la concluyó Vladimir Putin ante su renuncia. Luego, fue elegido Putin en dos periodos consecutivos 2000-2008, distinguiéndose por ser un hombre duro y poseer un carácter dictatorial, seguramente formado en su trayectoria de espía de la KGB. No le fue tan mal. A pesar de todo lo bueno, Putin no pudo seguir en el poder, la norma constitucional lo prohibía, caso parecido al establecido en Colombia. Sin embargo, políticamente, el prestigio de Putin se conservó al ser considerado gestor de la exaltación de los valores nacionalistas. Después, siguió Dmitri Medvédev, elegido en el 2008 con el apoyo de una coalición de partidos y del mismo Putin.

Después de un receso de cuatro años, vuelve Putin y vuelve en medio de las protestas internas de la oposición y las organizaciones de defensores de derechos humanos que denunciaron el fraude electoral en el Parlamento Europeo en Bruselas. Además del fraude, delatan la intervención burocrática para ganar la presidencia, mientras que otro sector considera injusta esa posición, porque “no es el recibimiento habitual para alguien que haya ganado legítimamente las elecciones por mayoría.” Un observador de los comicios, ha declarado, que las elecciones han despertado: “finalmente el interés de la Unión Europea por lo que pasa en Rusia tras una década de elecciones injustas en el país en que había silencio absoluto.” Desde este punto de vista, para algo sirvió el levantamiento de los contrarios.

La Ong “Golos”, defensora del voto y de la limpieza electoral en Rusia, ha sido una de las más severas, declara más de tres mil irregularidades en las elecciones. No obstante, surgen otras opiniones, entre esas está la de Julio Antonio Pi Vargas, un cubano que vive en Kaliningrado y concurrió a las urnas, desde allí me escribió: “los ocho años de Putin como presidente fueron de tranquilidad, estabilidad, logra terminar el periodo de guerra en el Cáucaso, aunque todavía hay terroristas y se producen actos terroríficos, pero ya hay más tranquilidad. En general, fueron ocho años de estabilidad, subió el nivel de vida, etcétera. En todo este tiempo su popularidad se mantuvo sobre los 55-60%”.

Tras el hecho de haber ganado Putin, la dinámica del pensamiento mundial sobre este caso resulta compleja, entretanto unos países europeos como Francia, Portugal y el Reino Unido han felicitado al nuevo presidente, otros han ignorado el triunfo. Estados Unidos se limitó a pedir al gobierno ruso investigar las violaciones electorales reportadas. Brasil, Nicaragua y Venezuela reconocieron a Putin. Los otros países hispanoamericanos permanecen en silencio. ¡Hasta tienen razón!

POSDATA: En la transformación rusa: “El truco no estaba en el dinero, el truco estaba en las viejas amistades.”

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