RATAS UTILIZARON A LOS MICOS

Dónde firmo fue lo que se escuchó a lo largo y ancho del territorio nacional al amanecer del viernes 22 de junio de 2012. La reforma de la justicia empezó torcida cuando el gobierno nacional la convocó llamando a CONSENSO a las tres ramas del poder público. En ese mismo momento se engendró el prorrateo, las primeras dádivas fueron para los miembros de las altas cortes, a los cuales se les aumentaron el periodo de ocho a doce y la edad de pensión de sesenta y cinco a setenta años. Ninguno de esos honorables (?) dijo nada, silenciosamente celebraron la comilona. Entretanto otros hacían lobby en el Congreso para donarse más frutos, en contravía del artículo 13 de la Constitución Política.

Hubo mala fe de muchísimos congresistas. El precedente es irreparable. Se levantan los indignados contra los “mismos con las mismas” que legislan a su favor y se chupan la sangre del pueblo fomentando la injusticia. Archivada la enmienda por el Congreso la gente no se quedará en la apatía, alistará recortar el período a los congresistas que votaron la reforma (el Registrador Nacional del Estado Civil aclara que la revocatoria no existe en la legislación), incluyendo en la consulta la prohibición de ser elegido de por vida, extensiva a sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad y civil, evitando que sean elegidas en el periodo siguiente al recorte, las esposas o compañeras, al igual que los cuñados, hijos, padres, hermanos, primos, tíos, sobrinos, abuelos y nietos. De modo que un Congreso “aseado”, evitaría reunir una Constituyente Uribista.

Después de la renuncia del ministro de justicia Juan Carlos Esguerra (hombre chévere, pero cómplice), se silenciaron los del Interior Federico Rengifo y su antecesor Germán Vargas Lleras, los presidentes de las cámaras Juan Manuel Corzo y Simón Gaviria, los jefes de los partidos políticos de la coalición de gobierno y los parlamentarios autores de la enmienda, todos se escondieron por lo ocurrido en el Capitolio para no dar la cara. ¡Se lavaron las manos! El Fiscal General de la Nación Luis Eduardo Montealegre apaga incendio asistiendo a una reunión política con la bancada conservadora (partido que en su totalidad votó la reforma), cuando esa no es su función, poniendo en riesgo el prestigio de la propia fiscalía.      

Los congresistas implicados constituyen un peligro para la sociedad, quisieron ser más astutos que el pueblo colombiano, pero los ciudadanos tienen la fórmula para darles una buena lección. Es la movilización del país nacional contra el país político. La resistencia civil se alista a dar la batalla (a esta hora el congreso hunde el reformatorio) y por el sustico los autores aceptan sumisamente aprobar la caída de la reforma a la justicia. Sobre esto hay suficiente conciencia ciudadana corroborada en la baja imagen de las tres ramas del poder público que se refleja en la encuesta Datexco que publicó el diario El Tiempo.

La nación vive del pasado oscuro pero repite porque sus dirigentes engañan a la gente. La representación congresal de Córdoba votó la reforma y se amangualó Martín Emilio Morales (que no habla en el recinto) con los de la comisión conciliadora para construir el desvarío. Hoy todos tienen orden de captura emitida por el pueblo. Ante el imperdonable adefesio, ha comenzado la revolución de los indignados, que enfrentados a los caciques de la política que devastan los valores nacionales, no entraría en disquisiciones teóricas o marrulleras que desvíen el propósito de equidad social y reconstrucción de la república. ¡ADELANTE: LA RESISTENCIA CIVIL!       

POSDATA: “El hombre colombiano cuando se propone tiene carácter para hacer las cosas y responder a los victimarios excusándose de ser esclavo.”

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