ALBOROTO POR NEGOCIACIÓN DE LA PAZ

El anuncio por parte del gobierno nacional de iniciar un diálogo con las FARC ha provocado un alboroto en algunos sectores políticos y sociales. Han pasado varios días del hecho y el país entero se ha visto saturado de las opiniones favorables y adversas al acuerdo anunciado, a pesar de que el Presidente de la República ha señalado un plazo corto para concluirlo. Los principales enemigos se adelantan a informar que el proceso de paz se firmó el siete de marzo de 2012 cuando eso no es verdad. Empieza la oposición desinformando para desprestigiar el proyecto, lo cual resulta inferior a la finalidad de acabar con la guerra.

Lo grave del arranque del proceso es que los principales líderes del movimiento guerrillero agrupados en La Habana hayan negado tener en su poder a secuestrados y estar vinculados al negocio del narcotráfico. Con esta declaración los susodichos personajes han faltado a la verdad en momentos en que se requiere una negociación sincera y el gobierno ha demostrado el mayor interés en lograr la paz en beneficio de la mayoría de la población colombiana que detesta la confrontación.

La ultra derecha e izquierda se opone abiertamente a la iniciación del diálogo sin más motivo que la desconfianza en los grupos levantados en armas y ante el fracaso de otros procesos del pasado, pensando en que ahora pueda darse una situación análoga al ser los mismos los actores que supuestamente engañaron al gobierno del ex presidente Andrés Pastrana. Y sin ningún criterio serio piensan en que se va a establecer en Colombia un modelo de gobierno al estilo Chávez de Venezuela o de los Castros de Cuba. Ninguna de las dos situaciones se van a dar porque Colombia es un país maduro y con mucha experiencia política.

No es posible entender la manera cómo algunos quieren desvirtuar la propuesta del presidente Santos, pensando en que no es posible admitir que lleguen al congreso de la república los líderes de la guerrilla, mientras los capitanes de los paramilitares que eran dueños del treinta y cinco por ciento de las curules, tuvieron acceso a su recinto y expusieron algunas ideas siendo aplaudidos por la multitud de congresistas que asistieron a esa deplorable sesión. A pesar de que hubo protestas por el hecho, una parte del país y su gobierno trago entero y además ballena azul.

Un proceso de paz requiere un poco de tolerancia si se desea la concordia. Es preferible luchar por conseguir la paz que continuar la guerra, estuvo comprobado que los ocho años de enfrentamiento durante el gobierno de Álvaro Uribe fueron insuficientes para vencer a la subversión y suprimir el alto costo en billones de pesos que representa el sostenimiento del ejército que combate en el campo. No obstante que las FARC y el ELN fueron replegados, eso no garantizó el camino para conseguir la tranquilidad deseada por millones de compatriotas.

La negociación demanda una dosis de entendimiento entre las partes y la población, porque habrá que perdonar y entregar otras cosas más que a algunos no les gusta, entendiendo que los reinsertados tendrían derecho a la participación política como cualquier otro ciudadano, así es posible, que los que no estén comprometidos en crímenes de lesa humanidad puedan llegar a los concejos, a las asambleas y al congreso de la república en iguales condiciones que están muchos congresistas que participaron o fueron conniventes con los crímenes de los paramilitares.

POSDATA: Ni optimista ni pesimista, habrá que seguir el consejo del escritor italiano Flavio Renato Vegecio: “Si quieres la paz, prepara la guerra.”



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