Me mamé que los bancos me sigan tumbando, es un eslogan de la campaña de una red social que busca que los bancos bajen las excesivas tarifas que cobran por sus servicios a los usuarios. Empezando por el presidente nacional de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) que se ha pronunciado, más de una vez, en contra de esos importes onerosas del sistema financiero. A pesar de todo, las rebajas que han hecho algunos son simples paliativos, porque realmente no alcanzan a satisfacer los pedimentos ciudadanos y a llenar las expectativas publicitarias de bancarización que tanto pregonan los propietarios de la red bancaria.
Por ejemplo, al banco Colpatria, los clientes le pagaron mensualmente por avance en efectivo de tarjeta de crédito siete mil pesos en el año 2011 y nueve mil quinientos en el 2012, con un aumento de dos mil quinientos pesos de un año a otro. Y como cuota de manejo trimestral de esa misma tarjeta cincuenta mil cien pesos en el 2011 y cincuenta y un mil quinientos en el 2012, con un incremento de mil cuatrocientos pesos. Al BBVA le están pagando mensualmente en el año en curso, por cuota de manejo de la cuenta de ahorros nueve mil trescientos pesos, por retiro en caja del banco dos mil doscientos y por comisión no exitosa mil seiscientos (cuando la tarjeta falla o cuando no se tiene saldo en la cuenta de ahorro). Todos esos valores resultan excesivos para el usuario.
Claro está que el gremio de los banqueros agrupados en la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) ha estado en desacuerdo con el plan que une a la gente al pedir la reducción de las tarifas en busca de la equidad. El representante a la Cámara por el departamento de Córdoba David Barguil Assis ha hecho una gran labor en ese sentido, la cual ha sido reconocida por la red social que impulsa la campaña. Es autor de una ley aprobada por el Congreso Nacional, es la número 1555 de 2012, la cual permite el prepago de los préstamos bancarios sin ninguna sanción. Multa que era repudiada por los deudores al castigarse a quien quería pagar anticipadamente, pero que de paso al ser obligatoria cumplir, dejaba al descubierto la ambición de los banqueros.
La estrategia bancaria es aumentar a toda costa la cobertura de los clientes y la utilidad en los negocios, sin ninguna consideración humana y sin el menor ocultamiento de la codicia y la especulación. Que se sepa no es otro el motivo mercantil de la empresa financiera. A duras penas el cliente que reclama la competencia para abaratar el costo de los servicios consigue lo mínimo, pues se enfrenta a un gigante agremiado, que en posición dominante y considerarse indispensable dentro de la economía nacional, tiende sus tentáculos sobre los gobernantes y la política para dominar un público indefenso.
No se puede pensar que los bancos andan mal. Las utilidades durante el primer semestre de 2011 fueron casi tres billones de pesos y en el mismo periodo de 2012 se acercaron a tres billones y medio. O sea un incremento del 16.8% en sus ganancias. A los usuarios les queda la esperanza de que el gobierno nacional respalde la gestión de las redes sociales, que a pesar de que también favorece a los banqueros para que sigan creciendo, éstos no lo han entendido así. A menos precio en las tarifas más atractivo resulta el acceso de los colombianos a los bienes y servicios. Así funciona el mercado.
POSDATA: “La codicia desentierra el oro por más soterrado que esté.”, es la voz del escritor español Fray Cristóbal de Fonseca.
(09-11-12)