Con razón los oriundos de San Andrés, Providencia y Catalina están pidiendo un nuevo estatus. Se sienten maltratados por los gobiernos nacionales de turno y también abandonados, pero peor ante los ojos de los continentales: más sanandresanos que colombianos. El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que no favoreció a Colombia frente a Nicaragua, ha sido suficiente para que los nativos soliciten un nuevo estatus político. Ya se oyeron voces que reclaman el establecimiento de un gobierno autónomo y asociado a Colombia. Nada menos, solicitan independencia para autogobernarse exigiendo más de lo que ya tienen como departamento, presupuesto propio y gobernador a la cabeza.
La providencia de la CIJ fue inesperada para los nacionales y salomónica, como días antes lo dijo la Ministra de Relaciones María Ángela Holguín, palabras que se convirtieron en mal agüero cumplido. Esa salida, para unos fue en falso y para otros una falta de táctica política. Algunos medios de comunicación se la cobraron cara, hasta llevarla a ofrecer la renuncia, pero la ministra respondió, que con su retiro del gobierno la providencia de la Corte no se iba echar atrás.
El fallo conocido aporta la posibilidad de observar la cantidad y calidad del equipo defensor de Colombia y de Nicaragua. El de Nicaragua, estuvo integrado por veinte personas entre abogados, asistentes y técnicos, de los cuales trece eran extranjeros. El de Colombia, conformado por catorce de las mismas especialidades y calidades, entre los cuales apenas cinco provenían de nacionalidad foránea. Sin duda Nicaragua tiene más experiencia en litigios internacionales que Colombia y por eso su afluente fue lo mejor del derecho mundial. El río de plata pudo llegar a los defensores de Nicaragua del vecino país petrolero, o por lo menos, su influencia no se descarta.
El pleito sobre títulos de territorios y delimitación marítima entre los dos países que se había iniciado el 6 de diciembre del año 2001 duró casi once años comprendiendo tres gobiernos. Se Inició en el del expresidente Andrés Pastrana (menos de un año), siguió en el de Álvaro Uribe Vélez (ocho años) y fue fallado en el actual de Juan Manuel Santos (más de dos años). Tras el hecho, se sabe, por la experiencia, que en Colombia nadie responde políticamente por sus actuaciones y por más que se quiera llevar a los expresidentes a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes para establecer la responsabilidad, no pasará de ser una proclama mediática.
El canciller de Colombia en el 2001 era Guillermo Fernández de Soto, que aunque ahora nada se diga sobre él, se abrió su propio camino para luego llegar a formar parte del equipo negociador del litigio entre Colombia y Nicaragua. Y lo desbordante, es que antes de conocerse el fallo de la CIJ, el ex canciller Fernández renunciara en julio pasado a la defensa de Colombia para atornillarse en un cargo como representante del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en Europa. ¿Qué tal?
Apagando el incendio, al Presidente Santos que le tocó la peor hora, responde al llamado ofreciendo hacer grandes inversiones en las Islas, como medida apaciguadora de los ánimos efervescentes de los naturales que reclaman lo que antes no se ha hecho materialmente en su territorio. En efecto, como todo en nuestro país, lo malo es que no se llegue muy lejos y las promesas no se cumplan totalmente. Sin embargo, en caso de ser favorecidos con los recursos nacionales, los isleños tendrían que luchar contra los embates de la burocracia oficial del centralismo que podría oponerse y en segundo lugar, una vez el flujo de dineros públicos vuele a San Andrés, apersonarse para que la mano derrochadora de los políticos no se apropie de lo que no es suyo.
POSDATA: Estaba escrito por el dramaturgo griego Eurípides: “El hombre no vive de pan, sino de verdad.”
(07-12-12)
REBELDÍA, Y CON RAZÓN
