Seriedad en la negociación de la paz se le pide a la FARC. La génesis de la violencia en Colombia fue el enfrentamiento entre liberales y conservadores, tras la lucha encarnizada por apropiarse del poder político. Como consecuencia, la nota fue el mal manejo de los asuntos públicos, el abandono de la solución de los problemas del campesinado y de los pobres, la concupiscencia de los partidos políticos, el ánimo exaltado de los líderes populares ante la injusticia social y la incitación a la violencia por parte de dirigentes incendiarios.
El escenario de violencia se inició en algunos departamentos del interior del país, se atomizó a lo largo y ancho del territorio nacional y avanzó en medio de un país culturalmente atrasado y alejado del mundo civilizado. Hoy resulta incomprensible que sigamos igual, mientras la salida del conflicto se ha frustrado y el esfuerzo oficial de llegar a la paz ha llevado a dividir la opinión pública, entre quienes defienden el diálogo como mecanismo para lograrla y aquéllos que prefieren el enfrentamiento armado para vencer al enemigo.
A pesar de que los colombianos hemos seguido luchando para que los alzados y criminales entiendan que hay que vivir en sosiego, los rebeldes siguen en la pelea con la idea de apoderarse del gobierno y otros en medio del desbarajuste, generan la violencia con objetivos netamente económicos. Lo que en 1930 fue una simple escaramuza entre liberales y conservadores que empezó en Boyacá y los Santanderes, se convirtió en el punto de partida de la violencia, cuando en ese momento se dijo: “El país no conocía un período semejante de crueldad y barbarie, desde la época legendaria de la reconquista española.”
En 1946 la situación era aún peor. A la vista de los jefes de los partidos políticos que ponían al pueblo a pelear, las organizaciones sindicales y populares participaron activamente mezclándose en la lucha partidista, mientras la dirigencia de ambos partidos disfrutaba de los gajes del poder gubernamental. Tiempos de paros y huelgas. La acción oficial encaminada a sofocar el levantamiento de los trabajadores fue estéril porque no era pertinente. A ese desastre se unieron los comunistas que llegaron a tener el apoyo de gente venida de distintas naciones de Hispanoamérica y de Europa.
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, que algunos historiadores consideran el motivo del recrudecimiento de la violencia, abanica el caos fortaleciendo a la organización campesina que estaba lista a vengar la sangre de Gaitán. La cabeza visible del movimiento campesino que surgió de las ideas liberales de la época en el departamento del Huila estuvo a cargo de “Tirofijo”. De aquí en adelante, hasta los menores de cuarenta años conocen la historia de la violencia que ha sacudido al territorio nacional.
La guerrilla asaltando pueblos y matando, los terratenientes creando grupos paramilitares y el narcotráfico, han causado la mayor tragedia nacional. Después de todo, nos sorprende que los negociadores de la FARC de La Habana vengan a promover el secuestro de policías y militares, cuando los del gobierno rechazan esa postura criminal y toda forma de prologar el conflicto pidiendo su terminación. ¡Ningún colombiano quiere enjaulados muriéndose en las selvas de Colombia!
POSDATA: Se olvida el pensamiento del filósofo romano Marco Tulio Cicerón: “La idea de que una cosa cruel pueda ser útil, es de por sí inmoral.”
(01-02-13)
SERIEDAD EN NEGOCIACIÓN DE LA PAZ
