La gente siente indignación por lo que está sucediendo en el país. Indignación por las altas pensiones. Asco por los encopetados funcionarios del Estado que todavía pretenden en el futuro disfrutar de las pensiones que estrambóticamente superan los catorce millones seiscientos mil pesos. También, por los magistrados que invocan derechos adquiridos, cuando muchos de ellos les han negado a miles de compatriotas reclamos laborales de ínfimas cuantías en comparación con su abultada pretensión. Por el contrario, hay beneplácito por el fallo de la Corte Constitucional, el cual coincide con la postura popular al observarse que se aplicaron los principios de equidad, solidaridad e igualdad.
Indignación por el magistrado Rojas. Sin haber transcurrido el tiempo que había prometido de noventa días para posesionarse, el retoñado magistrado Alberto Rojas Ríos, retrocedió, lo cual prueba de entrada su falta de seriedad. El Consejo de Estado lo postuló, el Congreso lo eligió y el Presidente de la República lo posesionó. Mientras tanto, la gente que observaba el espectáculo, creía que el Presidentes Santos la iba a frenar, pero finalmente su decisión fue a favor del elegido desconociendo la opinión de la gran mayoría ciudadana. ¿Qué dirán los magistrados de la Corte Constitucional vecinos de Rojas Ríos en el Palacio de Justicia?
Indignación por las preferencias en las cárceles. Desprecio por la manera como se maneja el sistema penitenciario en Colombia. Presos de cuello blanco, presos de cuello percudido y presos con charreteras. Los de cuello blanco tienen derecho a todo, computador, celular y hasta mujeres y trago. Los de charretera, se sobrepasan, andan de compras y de parranda en parranda. La cárcel debe ser una, igual de condición para todos los colombianos, sean funcionarios públicos, contratistas, parapolíticos, narcotraficantes y en general corruptos. Jueces manilargos hacen parte de la putrefacción del sistema penitenciario. ¡Déjense de vainas, no es solo el costo de pasajes lo que hay que considerar como grave! Lo grave y muy grave, es el tratamiento injusto que se les da a los presos de cuello percudido, duermen y comen mal, viven hacinados como animales de menor precio y hasta se les niega una visita familiar.
Indignación por el suministro de alimentos con materia fecal. Condena a la Corporación Wakusari y al ICBF, por suministrar alimentos y agua contaminada con materia fecal a los niños del municipio de Los Córdobas. ¡Que ahora el ICBF, órgano rector del programa, no venga a lavarse las manos de semejante crimen! En el año 2011, la Contraloría General de la República, denunció a Wakusari de manejar alimentos en estado de descomposición y falta de controles sanitarios en los comedores de seis planteles educativos oficiales de Bucaramanga. (Vanguardia Liberal 11-11-11). Esto pasa en medio de la alta tasa de desnutrición crónica que hay en Córdoba, como lo denunció la procuradora delegada para la defensa de los derechos de la infancia Ilva Miriam Hoyos. Estamos tan mal, que el ICBF sigue contratando con la firma Wakusari.
Indignación por bandas criminales anti restitución. Repugnancia por lo que está pasando con los líderes de las víctimas reclamantes de tierras en Córdoba y en otras regiones del país. Hay un ejército anti restitución armado que combate la ejecución del programa oficial. Es sabido que muchas cabezas visibles de las víctimas han sido cruelmente asesinadas. Han caído, entre otros, Yolanda Izquierdo en Córdoba, recién, Darío Restrepo García en Bello y Rosa Amelia Hernández está en la mira de los criminales y terratenientes que se oponen a la restitución de tierras. Sor Teresa Gómez, asociada a Los Urabeños anda por nuestra región, Los Trianas por Antioquia y los periodistas en Valledupar amenazados por igual motivo.
POSDATA: “La verdad no tiene precio”, del poeta y obispo español Máximo.