CINEASTAS CORDOBESES

Pronto tendremos cine auténtico. Una aventura que se hará realidad. Tatiana Olea Arteaga y Carlos Vergara Montiel son dos cordobeses que se han empeñado en un trabajo de realizar una película, pensando como otros productores que “están continuamente buscando nuevas locaciones para rodar”. Han reflexionado en grande y consideran que el departamento de Córdoba tiene suficientes recursos humanos y materiales que están ocultos y por lo tanto deben aprovecharse mostrándolos a través del séptimo arte. 
Conjugando aspiraciones, los cinematógrafos se han propuesto hacer la película de ficción que lleva como título: Huellas, siendo Córdoba el escenario natural escogido por ser un sitio expectante para incluirlo en un film. Carlos Vergara es el director y guionista y Tatiana Olea es la productora. Tatiana dice que en la película se resalta la incondicionalidad de la familia y la pareja, la diversidad de paisajes, la calidad humana y artística de los cordobeses, entre otros aspectos positivos. Y agrega: estamos mamados que hablen de Córdoba solo para hablar de violencia.
Un proyecto como éste y tan importante para nuestra cultura, debe ser apoyado sin titubeos por los gobiernos locales del departamento y empresas asentadas en el territorio, teniendo en cuenta que no es fácil que los productores de cine de otras partes se muestren interesados en aprovechar las condiciones innatas y la capacidad artística de la gente oriunda del departamento. El trabajo de Carlos Vergara y de Tatiana Olea, a pesar de que no es sencillo, sin embargo, por la experiencia que tienen los dos en el ramo se presagia que supera cualquier proyección. Ambos son dignos de ser apoyados en la ejecución de esta empresa cinematográfica en que se han embarcado y están eximidos de riesgo por contar con experiencia y un arsenal artístico y emprendedor inigualable.  
El cine o pantalla grande es remoto. Hay que recordar que los experimentos de Thomas Alva Edison sirvieron en 1895 a los hermanos franceses Luminière para crear el cinematógrafo y realizar la primera proyección en público. A partir de 1910 el film tomó impulso en Estados Unidos y Europa, especialmente en Francia, Italia y Alemania. Y Hollywood se convirtió en la sede mundial de la industria cinematográfica. En la América Latina, México y Argentina fueron pioneros en esta disciplina y Colombia siguió a partir de 1940.
El celuloide empezó con escenas breves de la vida que no necesitaban demasiada intelectualidad, había más técnica que arte, pero con el tiempo el cine se ha perfeccionado hasta llegar a lo que es hoy. Ha evolucionado técnica, ingeniosa e intelectualmente. El buen film es invento de la persona, es arte y literatura, es todo puesto en imágenes en movimiento que recrean los hechos históricos, sociológicos y el evento más elemental de la vida, es creación mágica de la inteligencia humana. A pesar de que la televisión ha sido su mayor competencia, aun así el aficionado no deja de ver películas, prefiriendo la sala de cine al encierro de la alcoba o al del estar residencial.
Es un anhelo de la sociedad poder ver a los empresarios privados de Córdoba extendiéndole la mano a Carlos Vergara y a Tatiana Olea, a fin de que ellos puedan realizar este sueño que lo han construido mediante una arquitectura artística legítima como proyecto de una trama familiar que vale la pena ver en cine. Desde mi opinión humilde, transcrita en esta columna, es mi mayor deseo que este dúo de cordobeses alcance el éxito previsto.       

POSDATA: De manera positiva dijo el escritor argentino Ernesto Sábato: “El artista debe ser mezcla de niño, hombre y mujer.”
(13-09-13)

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