ESTAMOS REPLETOS DE PSICÓPATAS

Entre muchos, hay más psicópatas. La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad que los afectados soportan llevando una doble vida. Es lo perverso de algunos políticos, de contados dirigentes y de ciertos abogados litigantes en Colombia. Quedan pocos, dentro de este rango de figurones, que sin darse cuenta viven sufriendo esta enfermedad de desorden mental y que a pesar de que pueden curarse si se someten a un largo tratamiento, ninguno quiere salirse de la lista.

En época preelectoral es cuando más actúan los psicópatas, los vemos por todas partes aprovechándose de los pobres y de su estado de miseria. Están entre el público, incrustados en sectores claves de la política, de los medios de comunicación y de las organizaciones sociales y económicas del país. Y desde la cúspide de esos puestos demuestran su capacidad egocentrista, embaucadora, mentirosa, egoísta, megalómana, ambiciosa y manipuladora, siempre con el fin de hacerle daño a los demás. Son superyó y fanáticos. Arman su propio melodrama cínicamente, como los más cínicos entre los humanos.

La razón perniciosa del psicópata no es exclusivamente la del asesino, como algunos quieren mostrar, se asemejan, porque tienen mentalidad criminal al ser frecuentes violadores de las normas éticas y sociales y de las leyes para alcanzar sus cometidos. Así es fácil identificar a esos personajes, que por cierto fingen demasiada bondad, aunque siempre serán psicópatas, pues la apariencia individual hace parte de su personalidad desdibujada.

Particularmente esas personas tienen una mente fría inarticulada que les sirve para abrirse el camino y engañar, son sagaces para propiciar la injusticia social con el fin de alcanzar  el poder político o social, confirma la ciencia. Dice el doctor Hugo Marietan, médico psiquiatra: que “el psicópata no ve una persona con derechos, sino que ve una cosa, un objeto para ser utilizado para su propio beneficio.”  Y agrega: restringen la democracia.

Los psicópatas creen que nunca son culpables de sus acciones, los culpables son los otros que ellos utilizan. Son amantes de fomentar el avance de la injusticia social como un mecanismo para conseguir el poder, sostiene el psicólogo polaco Andrew M. Lobaczewski, método que él llama: “patocracia”. Sin lugar a dudas, siempre serán psicópatas, de ningún modo hombres de bien.

Los psiquiatras, neurólogos y psicólogos tienen un buen campo para trabajar sobre la mente de esos desviados. No obstante, los enfermos que administran y gozan del poder prefieren seguir enfermos y con su anormalidad sacar de la competencia a los buenos gobernantes y dirigentes. El lector puede identificarlos y sacar sus propias conclusiones de esos personajes contagiados que gobiernan y bastantes de ellos enmascarados dentro del congreso.


POSDATA: “Debe valorarse la opinión de los estúpidos: están en mayoría.”, sostuvo el novelista ruso León Tolstoy. 

(28-03-14)

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