El próximo 20 de octubre es una fecha que corresponde al natalicio del
humanista y defensor de los derechos humanos Stéphane Hessel nacido en 1917. ¿Y
qué tiene que ver traer a colación semejante recuerdo de este personaje
desaparecido el 26 de febrero de 2013? Hay una respuesta sencilla al respecto.
En el pensamiento de Hessel que está consignado en su libro: “¡Indignaos! Un
alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica” publicado
en diciembre de 2010, se inspiraron muchos movimientos sociales en el último
cuatrienio.
La gente en Túnez, Libia Egipto protestó asociándose bajo el nombre de
Primavera Árabe. Israel, Turquía y Grecia hicieron lo mismo. En Italia se
agruparon en Cinco Estrellas y en Portugal en Generación en Apuros. Igualmente,
los indignados en España levantaron la
protesta aglutinándose en el
movimiento 15M (en alusión a la fecha de la queja 15 de mayo de 2011),
para “promover una democracia más paticipativa alejada del bipartidismo
(PSOE-PP) y del dominio de bancos y corporaciones.”
Los indignados de Estados Unidos no se quedaron resagados y un ejemplo
de descontento lo encabezó el movimiento Occupy Wall Street con una población
que “no tolera la avaricia y la corrupción del uno por ciento que se apropia de
las riquezas.” Por su parte, Colombia no estuvo ausente de seguir el mismo
camino, y como una demostración de apego surgió el Partido del Tomate,
sustentando la causa en el hecho de que: “en el mundo políticos legislan y
gobiernan en beneficio propio.”
En su conjunto, todos estos movimientos tuvieron inspiración en el
mensaje del libro construido por Stéphane Hessel ya citado. Siempre hubo un
motivo para despertarse y no dejar que se arrebataran las reinvindicaciones
conquistadas ante la amenaza de la agenda de políticos y gobiernos de esos países que habían
pretendido recortarlas o eliminarlas. Así el propósito se consolidaba como un
hecho evidente de las naciones impuesto por el gran capital y el libre mercado,
pero que la gente no estaba dispuesta a dejar perder.
Lo que Hessel no propuso fue que las organizaciones sociales para
realizar la protesta tuvieran que utilizar la piedra y la violencia. Hessel fue
serio cuando señaló la Resistencia como “una organización racional de la
economía que garantice la subordinación de los intereses particulares al
interés general…..” y además, decía que
el motivo principal de la Resistencia era la indignación. Simplificando:
resistir es no aceptar la derrota. Y afirmaba que la peor de las actitudes es
la indiferencia. Entonces: ¡Hay que reaccionar!
Lo más estructurado de Hessel es el convencimiento de que el futuro
pertenece a la no-violencia, a la conciliación de las culturas. E insistía en
la insurrección pacífica. Sus ideas las fundamentó principalmente en la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre adoptada por la ONU en 1948.
Pues para los indignados de Colombia lo mejor es leer a Hessel para no morir en
la desesperanza. No hay que descartar la necesidad de definir un objetivo claro
y pensar en la política. ¡Ahí queda el mensaje!
POSDATA: Bien lo
afirmó Stéphane Hessel: “Para sobrepasar los conflictos es necesario basarse en
los derechos, cuya violación, sea quien sea el autor, debe provocar nuestra
indignación.”
(17-10-14)