SALPICÓN DE PERIPECIAS

Los hechos y los protagonistas asustan a la gente y a las víctimas corrompiendo a la moral. Los fabricantes de papel higiénico, entre rollos, idearon estrategias para tumbar a los consumidores. El paro de la justicia se tiró a millones de personas que necesitan sus servicios para arreglar problemas. Los borrachos al timón siguen dando que hacer, matan y siguen en la casa. En su afán de condecorar a Álvaro Villegas Moreno, hombre fuerte de las construcciones, la sociedad antioqueña de ingenieros y arquitectos se auto incineró. 

Las empresas Familia, Kimberly, Papeles Nacionales S.A., Drypers y Cartones y Papeles de Risaralda Ltda, se aliaron y armaron un cartel criminal. Se convirtieron en un conglomerado mafioso en contra del pueblo. El objeto fue controlar los precios del mercado. La autoridad competente apenas se dio cuenta después de catorce años, durante ese tiempo tumbaron a más de trece millones de hogares que se asean y sacrificaron al resto que no tiene acceso al producto por caro.

¿Cuánta plata ganaron esas corporaciones en el curso del tiempo que trampearon? Pues el resultado le debe servir a la superintendencia de industria y comercio para cuantificar la sanción que impondría. Queda en el aire la pregunta: ¿Quién repone el dinero pagado demás por los hogares?

Llevamos más de dos meses sin administración de justicia debido al paro de sus empleados. El consejo superior de la judicatura sumido en una crisis de autoridad moral a causa de los malos comportamientos de varios de sus magistrados, ni mu. El ministro de justicia, en vez de cumplir un papel protagónico en el arreglo, no ha respondido a las exigencias de coadyuvar a un acuerdo. Al congreso nacional le ha importado un pito. Las cortes callan. Y el contralor general de la república expide una circular exhortando a que no se paguen los salarios a huelguistas que no se va a cumplir.

Los borrachos al timón son los peores enemigos de los demás conductores y de los transeúntes. Más dura no pueden ser las sanciones que deben imponer las autoridades administrativas. Ernesto Manzanera, persona que conducía a una velocidad superior a los ciento ochenta kilómetros por hora causó la muerte a cuatro personas y fue premiado por el juez veintiocho penal municipal de Bogotá, Jorge Polidoro Bernal.

Manzanera excedió todas las normas, superó la velocidad, mató, se voló, dejó a los muertos  en el piso, se fue para la casa: desayunó y durmió, se presentó quince horas después, la audiencia de imputación de cargos se celebró cuatro días más tarde, la policía no lo buscó y el juez le da casa por cárcel. Esa es la clase de justicia que aplican ciertos jueces. A pesar de todas las protestas ciudadanas, incluida la del gobierno nacional, aquí no pasó nada.

El 12 de octubre de 2013 se desplomó la torre 6 del edificio Space en Medellín. Enseguida el conjunto tuvo que ser demolido. Lo había construido CDO, cuya cabeza principal era Álvaro Villegas Moreno, un ducho político antioqueño. Si bien, CDO ha respondido, muchos de los propietarios no están satisfechos y otros todavía dan la pelea. A pesar de esto, la sociedad antioqueña de ingenieros y arquitectos pretendió hacerle un homenaje a Villegas Moreno. Las víctimas y los medios de comunicación consideraron el acto un reto social, pero el homenajeado dignamente renunció. Así, Villegas le da ejemplo a muchos magistrados de las cortes que en vez de renunciar se atornillan en los cargos.    


POSDATA: Puntualmente el tratadista italiano Baltasar Castiglione señala: “Perdonando demasiado al que yerra, se hace injusticia al que no yerra.”

(12-12-14)

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Radium | Bloggerized by Radium