NI DULCE NI AGRIO

La opinión ciudadana expresada a través de las encuestas es sensible frente a los acontecimientos periódicos que suceden en la nación. Las últimas no favorecen al presidente Juan Manuel Santos. De 40% de favorabilidad que tenía al final del año pasado pasó a 29% en abril último. A pesar de los recientes sucesos el resultado estadístico tiene una íntima relación con el proceso de paz que se lleva a cabo en La Habana, al cual se le ha agregado una resistencia ciudadana que ve poco avance en las discusiones del acuerdo.

A partir de entonces, dos grandes hechos seguidos uno tras otro han logrado sumarse a la mala propaganda que le hacen unos políticos a la causa. Así, la punta del iceberg han sido el escándalo de la Corte Constitucional en que se involucran varios magistrados y el ataque al ejército por parte de la columna Miller Perdomo de las FARC en que resultaron asesinados once soldados y diecisiete heridos en el municipio de Buenos Aires, Cauca. 

A estos dos acontecimientos coyunturales se agrega la fuerte oposición beligerante y reiterativa del sernador Álvaro Uribe, como un fenómeno estructural del ejercicio de la política de su partido centro democrático, el cual con sus senadores y representantes a toda costa se han opuesto al proceso de paz, señalando condiciones para continuarlo y de paso olvidando de que quien manda en este frente es el presidente Santos sobre la opinión de la oposición.

A todo lo anterior se suman las expresiones cotidianas de los miembros de las FARC que hablan más de la cuenta, pero que muchas personas las han interpretado como un reto a la nación, y de este modo creen que es mucho mejor continuar la confontación beligerante antes de entregar el país a la guerrilla, sin tener en cuenta que el enfrentamiento experimental en que se han invertido grandes recursos fiscales y sacrificado muchas vidas de colombianos no ha dado ningún resultado.  

A pesar de todo, el gobierno del presidente Santos persiste en el proceso de paz y no ha cedido a la oposición, siguiendo adelante y con mucha fuerza asque ﷽﷽﷽﷽﷽﷽aliadad  manera onflicto que es una etapa muy crucial para que en el territorio mnacional í sea asumiendo el alto costo político que la tal decisión supone. Pues se presume que Santos tiene un deber que le impone la reelección, el cual fue fundamentado en la promesa de alcanzar la reconciliación con las FARC y con el resto de la guerrilla.

Lo grave es que los políticos que ahora quieren aumentar el caudal de votos en las elecciones de octubre próximo en que se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, pretendan ganarlas atacando la negociación con la guerrilla al proponer una discusión más larga que desgastaría las conversaciones y así abonar el terreno para las presidenciales de 2018. A los medios de comunicación les conviene más la objetividad que el eco de la antinomia. Ojalá el electorado no caiga en la trampa.

POSDATA: Otros ya piensan en el futuro, después de la firma del acuerdo con las FARC. Esta semana concluye el foro internacional Diálogos de Paz y Libertad de Prensa que se realiza en Bogotá, organizado por la Fundación para la Libertad de la Prensa (FLIP). Los puntos más sobresalientes son los que tienen que ver con el rol de la prensa en el posconflico, su financiación y la libertad periodística. ¡De aquí saldrán buenas reflexiones.

(08-05-15)

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Radium | Bloggerized by Radium