TODO HUELE MAL

La poderosa FIFA está en el ojo del huracán. Algo olió mal Blatter, lo cual lo llevó a  precipitar su renuncia. Aunque varias voces del sector deportivo ya lo habían dicho con anterioridad que allí la cuestión no era transparente, pocos lo creían. Maradona fue uno de los que advirtió cuando en junio del año pasado dijo: “Hay muchos sobornos en la FIFA y hay que pedir cuentas a aquellos que sean responsables en lo que concierne al asunto del Mundial 2022 de Catar."

En medio del escándalo de corrupción delatado por la Fiscal de los Estados Unidos Loretta Lynch, Joseph S. Blatter fue reelegido en su cargo el pasado viernes 29 de mayo en Zúrich, Suiza, cuando lo recomendable era no haberse postulado para evitar el sinsabor de la denuncia. El puesto de la FIFA es atractivo por el tamaño presupuestal de los recursos que administra, lo cual entusiasma a cualquiera y tanto a Blatter que quiso imitar a Rimet que duró treinta y tres años en el puesto y a Havelange que lo disfrutó durante veinticuatro.

Generalmente la gente sabe poco de la FIFA, incluidos los acérrimos aficionados del fútbol.  Hasta ahora sale a flote la supremacía con motivo del escándalo de corrupción y las graves acusaciones contra algunos de sus dirigentes. Normalmente a la FIFA se le ha visto como una organización directiva seria y social, sin ningún otro interés que dirigir el fútbol en el mundo. Pero ciertos decanos la embarraron y si se les comprueba el delito por sus dolosas actuaciones, quedaría la organización mal parada lo cual le impediría el manejo decente de la plata del fútbol mundial. 

La FIFA, Federación Internacional de Fútbol Asociación que fue fundada en París el 21 de mayo de 1904, es poderosa, tiene seis confederaciones repartidas en las diversas regiones del mundo y catorce comisiones, con un dominio absoluto sobre las reglas y la dirección de este deporte. Opera en su orbita con mucha influencia dentro de los estados miembros y en conexión con la política internacional. Sin embargo para ciertos dirigentes la finalidad es una y los negocios son otros, que aunque sean irregulares, hay que hacerlos con el fin de sacar jugo aún se infrinja la ética de la agremiación deportiva.

Tras los hechos, las prebendas de los promotores de la corrupción no se pudieron ocultar, al presumirse que muchos personajes nacionales e internacionales del fútbol cayeron del pedestal, en contra de la paciencia de la afición que defiende el deporte favorito y sacrifica la economía personal con tal de asistir a los eventos. En ese escenario de horror vimos a Blatter en su triunfo como si no hubiera pasado nada, al menos el camino se le cerró y tuvo que renunciar después de cuatro días de haber sido ungido con ruidosos aplausos.

Estando los casos en manos de los Estados Unidos todo es posible y hasta lo imposible lo puede investigar y descubrir, especialmente cuando sus autoridades presumen algún estrago que pueda comprometer la seguridad nacional o lesione la fiscalidad, pues mal haría no hacer uso del gran poder de control que tiene el gobierno sobre las cuentas financieras del mundo y la banca, por lo común lo lleva a precisar en qué nido ponen los huevos los corruptos. Por fortuna esto fue lo que ocurrió, rompiendo así con el quemeimportismo que ahora se ha impuesto en ciertos círculos sociales para ocultar el quebrantamiento de la ley y las buenas costumbres.


POSDATA: Un acierto del novelista español José Selgas: “Un tribunal no es más que una esperanza de justicia.”

(05-06-15)

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