PRELUDIO: En la edición digital del periódico
una persona escribió: “Las palabras excongresista y excomandante llevan el
prefijo adherido al sustantivo. Son incorrectas las expresiones ex congresista
y ex comandante.” En la anterior afirmación hay un error, para probarlo recurro
al Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española y de la
Asociación de Academias de la Lengua Española. Dice: “Ex, prefijo autónomo de
valor adjetivo,….para significar que dicha persona ha dejado de ser lo que el
sustantivo o adjetivo denotan. Se escribe separado de la palabra a que se
refiere, a diferencia del resto de los prefijos, y sin guión intermedio.”
Paso al tema central. Hace casi dos
meses que se inició la campaña política de los aspirantes a gobernaciones,
asambleas, alcaldías y concejos. Los medios de comunicación están inundados de mensajes de los candidatos
que no se van a cumplir. Lo que se lee, ve y oye es muy pobre frente a las
expectativas de la gente que quiere otra cosa distinta y seria.
Por todos los rincones del país la
carreta es la misma, los promeseros se aferran a plantear escuetamente más
educación, salud y seguridad, otros se apoyan en el poder seductor de su
movimiento político y una tercera categoría en la buena gestión de su partido o
en la que ellos mismos adelantaron en el pasado. A muy poquitos se les ha oído
ofrecer integridad y pulcritud en la administración de los dineros y asuntos
públicos. Mientras la gente se queja porque en las regiones se roban la plata,
los candidatos les hacen creer que en las administraciones locales no hay
corrupción.
Lo que exponen es genérico y
patético, fundan las promesas en lo que piensa el país político originalmente,
sin cambio para un nuevo espacio social y político. Partiendo de Bogotá todo es
lo mismo, los aspirantes hacen mucho énfasis en la educación, fundándose en los
programas nacionales como la jornada única escolar y los bonos para todo. ¡Nada
nuevo!
Pero lo peor es que hay unos que se
ufanan de su poder, y los ávidos, en medio del holgorio de la campaña política
y la pobreza física e intelectual de los votantes, con tal de amarrar el voto
ofrecen regar la plata pública por todas partes. Tan de malas los colombianos
que tengamos que soportarnos la ignorancia de la mayoría de los electores y el
discurso corrupto de antaño.
POSDATA: Con sabiduría afirmó el filósofo
español Jaime Balmes: “Es el colmo de la ignorancia ser orgulloso.”
TE DESTACAMOS: Sustentada en una
información conseguida mediante derecho de petición, Cecilia Orozco del diario
El Espectador, informa que los contratos de prestación de servicios celebrados
por el Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, llegan en el año 2015
a $15 mil 964 millones y en total durante su administración a $44 mil 311
millones.
(18-09-15)