EXCESO DE PECADOS CAPITALES

Así como el ser humano triunfa en su vida económica y social también puede caer en desgracia cuando incurre en pecados capitales. En cualquier circunstancia domina el ejercicio político, o empresarial o profesional. Los parapolíticos y narcopolíticos, después de haber disfrutado el poder por sus pecados pararon en la cárcel. Tres personajes hacen parte del escenario nacional con una historia de éxito, fracaso y ruina sirviendo de ejemplo para evitar venirse abajo. Adrián Hernández Urueta, Hélber Otero Pacheco y Kaleil Isaza Tuzman.

Adrián Hernández Urueta, mexicano de nacimiento, llegó a Colombia en el año 2001 de la mano de Carlos Slim a manejar Comcel (hoy Claro) en Bogotá, la llevó a la cima gracias a su habilidad y visión de negocios. Como presidente de Comcel gozó de gajes con la genuflexión de sus empleados, de ministros de gobierno y amigos que lo adulaban. Un día de 2009 fue liquidado de su trabajo por la empresa, pero con buena plata en el bolsillo fruto de sus salarios y de la indemnización por el retiro de la compañía.

Hélber Otero Pacheco, colombiano, se inició en el Citibank y escaló varios puestos,  paralelamente a la actividad laboral desarrollaba negocios en el sector financiero, dando muestras a sus amigos de deseo de crecer económicamente para hacerse rico. Un día el banco lo despidió por haber realizado negocios en que se lesionaron los intereses institucionales. En el año 2000 creó la empresa de consultoría financiera Tecfin y en el 2005 se hizo socio de Fidupetrol y compró acciones en Cavipetrol.

El tercero es Kaleil Isaza Tuzman, de padre colombiano y nacido en Boston. Metido en toda clase de negocios relacionados con el mundo del internet, hasta llegó a aspirar por el Centro Democrático a una curul por colombianos en el exterior, pero sus coterráneos lo desprestigiaron y su aspiración se frustró. Fundó Recognition Group, cuyo objeto era rescatar empresas quebradas, recuperarlas para luego venderlas. Con mucha fama se paseaba en el mundo de Wall Street y en Colombia era considerado emprendedor internacional. Promovía el Hotel Viceroy de lujo en Cartagena y con su verbosidad había convencido a más de uno para la inversión. 

Finalmente, Adrián Hernández, después de su despido de Comcel se dedicó a la francachela y al derroche de lujos, le vino una enfermedad, su familia y los amigos lo abandonaron muriendo pobre en junio de 2015 en Bogotá. Hélber Otero, después de todos sus éxitos y traspiés, presumiblemente es el promotor de colarse en la Corte Constitucional en el caso de Fidupetrol y hoy está en La Picota acusado de tráfico de influencias de particulares. Kaleil Isaza, carga con su desprestigio y está detenido en Colombia, por haber sido denunciado por fraude por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Cayeron por soberbia, gula y avaricia, aunque pudieron ser los 7 pecados capitales.


POSDATA: Los tres de buena vida, encantadores y locuaces con mucha ambición de  conseguir dinero fácil y rapidísimo terminaron en nada.

(02-10-15)

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