LO AMARGO DEL AZÚCAR

El país lo que necesita son empresarios éticos y limpios de toda posible confección de trampa. La providencia de la superintendencia de industria y comercio que acaba de conocerse, mediante la cual se multa a unos gremios, a ingenios azucareros y a sus directivos, ha provocado una reacción en el sector por la cuantía de la multa impuesta.

Los multados chillan por el alto valor de las sanciones, pero se olvidan del daño causado a la gente que los obligaría a devolver la plata indebidamente apropiada. En los Estados Unidos y en Europa las empresas y sus dueños responden por sus abusos y no se salvan de los castigos estatales. Por encima de los intereses particulares está el Estado y el respeto de los derechos de los consumidores. 

En virtud de que los sancionados tienen acceso al debido proceso y pueden tumbar la multa o lograr una rebaja teniendo en cuenta la gravedad o levedad de la infracción, no hay lugar a adelantarse a la defensa. Ciertos periodistas han sido impertinentes al tomarse la vocería de los consumidores, lo mismo ha sucedido con salieron a relucir rese la voc erse la voc ericada.
mento de los precios de los productos de la canasta familiar  se, mediaante la imprudencia del presidente del congreso Luis Fernando Velasco y del codirector del partido de la “U” Roy Barreras.

Por supuesto tanto Velasco como Barreras están en su derecho, pero se nota su deseo de figuración en vísperas de las elecciones regionales. Y en caso que los dos personajes hubiesen sido financiados políticamente por el sector azucarero en trance, su lengua es inmoral y no podrían tomar parte en una cuestión en donde priman los intereses del común de la gente y de sus propios electores. 

El consumidor que es víctima y que clavaron con la manipulación del alza del azúcar y de las manufacturas que la contienen no ha tenido defensa pública, contrariamente los dos senadores han protegido a los probables infractores cuando su obligación es la de no participar en el debate o respaldar la institucionalidad y el desempeño de la superintendencia en aras de hacer  fin de hacer  cumplaante ciados por el sector azucarero en su carrey Barreras la gravedad de la infraccicerse, mediaante hacer cumplir las reglas de la libre competencia en el mercado.

Sabor amargo es saber que en Colombia hay empresarios que no son angelitos y que en su afán de enriquecerse fácil practican trapisondas, creando monstruos carteles como los del papel higiénico y de los pañales, de los cuadernos, de los medicamentos, del cemento y ahora del azúcar. Sabor amargo es el que han sufrido los consumidores a consecuencia de la actuación deshonesta de esos empresarios, al arrebatárseles una cantidad de ingresos por el aumento desmedido de los precios de cientos de productos.

POSDATA: Bueno recordar al poeta italiano satírico Juvenal: “Hasta los osos feroces se conciertan entre sí.”


TE DESTACAMOS: La multa impuesta por la superintendencia de industria y comercio a los ingenios apenas representa el 6.36% de los ingresos operacionales y el 4.56% del patrimonio, contrario a lo que han informado. Es la hipocrecía de ciertos personajes que relinchan cuando el Estado actúa y que se quejan cuando no.  

(16-10-15)

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