Hemos venido observando que durante el
ejercicio del fiscal general de la nación Eduardo Montealegre vienen pasando
cosas incomprensibles. La mayoría de los asuntos cuestionados han caído de
asombro en el corazón de la opinión pública y en respuesta han surgido severas
críticas por la prensa nacional que llaman la atención para que las actuaciones
se encaucen hacia el restablecimiento del buen ejercicio del alto cargo.
El último pronunciamiento del fiscal
Montealegre deja perplejo a la mayoría del común. A estas alturas pretende
llamar a declarar a miembros del M19 para verificar si el indulto y la amnistía
que los favoreció podrían concederse al ser delitos de lesa humanidad. El
proceso con el M19 fue cerrado en el instante en que se firmó el Acuerdo
Definitivo de Paz el día 9 de marzo de 1990 durante el gobierno de Virgilio
Barco.
No es el momento para que la fiscalía
distraiga su ocupación en asuntos sellados, ajustados a la ley y a los
protocolos internacionales, mientras los estantes del vice fiscal y de los
fiscales están atiborrados de expedientes que tratan de hechos extravagantes de
corrupción sin resolver constituidos de bulto en inmorales. Se robaron la plata
pública como pasó en el carrusel de la contratación de Bogotá, en el desfalco
cometido por los directivos de Saludcoop y en las defraudaciones a la gente por
los dueños de la comisionista Interbolsa, entre tantos.
Sabiendo que los procesos de paz
deben estar acompañados de una base sólida de seguridad jurídica y fundar una
enorme confianza entre los grupos guerrilleros que están en conversaciones,
acreditados sectores sociales y dirigentes no están de acuerdo con el fiscal
Montealegre por su desliz inoportuno, ya que en este momento no conviene
revolver el avispero en razón a que el gobierno nacional está a punto de firmar
el acuerdo de La Habana con las FARC y adelanta una negociación con el ELN.
POSDATA: Viene a cuento el tratadista español
Joaquín Setanti: “Allí vive la paz firme y segura adonde bien se manda y obedece.”
TE DESTACAMOS: El pasado martes 17 de
noviembre del año en curso falleció en
Bogotá, Néstor Castillo Varilla. Abogado egresado de la Universidad
Nacional de Colombia. Ejerció el derecho, profesor universitario y conjuez del
Consejo de Estado y del Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Fue uno de los
gestores de la Casa de Córdoba en la capital de la república. Tesonero
deportista, fundador de la liga de softbol de Bogotá. Compañero calificado por
quienes compartimos su amistad. Hombre recto en su obrar, dotado de grandes
cualidades morales y de transparente actuar en la vida. Sentido pésame a su
esposa y a sus hijos en Bogotá y a sus hermanos y hermanas residentes en la
ciudad Montería.
(20-11-15)