Los jefes energúmenos y maltratadores
existen en todas partes y superviven tanto en el sector público como en el
privado. Comúnmente son hombres o mujeres que padecen trastornos sicológicas. Y
se posicionan en altos niveles de poder porque están bien conectados, ya sean
con influyentes políticos, o con el presidente de la república, senadores,
representantes, ministros, contralores, procuradores, fiscales y magistrados o
con las juntas directivas de las empresas a las cuales les prestan
servicios.
El defensor del pueblo Jorge Armando
Otálora ha sido denunciado por mal trato a sus subalternos y se dirige a ellos
con palabras soeces. Hasta ahora la noticia ha ocupado lugar prioritario en la
prensa y en el juicio de los columnistas de los principales diarios del país.
Igualmente ha caído mal en la opinión pública en general. Pero no ha
trascendido en la cámara de representantes que fue el órgano que lo eligió,
como tampoco en la cúspide del ministerio público cuando él ejerce sus
funciones bajo la dirección del Procurador General de la Nación.
La atribución constitucional que
tiene el defensor del pueblo es la de promover, ejercer y divulgar los derechos
humanos y la de orientar a los colombianos en el ejercicio y defensa de los
mismos ante las autoridades competentes o entidades de carácter privado.
Además, la Constitución Política le entrega al defensor las mismas funciones
para ser aplicadas en el sector privado cuando se trata de defensa de los
derechos ciudadanos.
Teniendo el defensor del pueblo a su
cargo semejante responsabilidad en materia de derechos es preocupante que haya
incurrido en actos que van contra la dignidad de un grupo de personas, cuando
todos suponíamos que en la organización que actualmente dirige reinaban la
armonía y el respeto hacia los trabajadores. Las víctimas de esos jefes
siniestros viven con enorme miedo, temor permanente, bajo rendimiento en el
trabajo, inseguridad personal, intranquilidad en la vida familiar y hasta
perturbación en el sueño.
Normalmente los súper jefes padecen
enfermedades mentales que pueden ser leves o graves y tan graves, que se
constituyen en un problema universal. Es probable que el defensor del pueblo
padezca un trastorno de personalidad que hasta ahora le esté afectando, por lo cual es necesario que se someta a un
tratamiento médico y sicológico que lo saque de la hoguera mental.
TE DESTACAMOS: La gente de Córdoba censura
a las senadoras Nora García Burgos y Yamina Pestana Rojas por haber respaldado
el aumento de las tarifas de la energía eléctrica. Cuando uno firma es porque
está de acuerdo con el alza, o sencillamente las senadoras firmaron con los
ojos cerrados. ¡Señoras: lo que sube, jamás baja en Colombia! Supuestamente ese
respaldo es una lambonería a cambio de contratos y puestos. Ellas contradicen a
los representantes a la cámara David Barguil y Sara Piedrahita.
(27-11-15)